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May advierte a sus colegas conservadores de que las divisiones internas podrían acabar con el Brexit

Actualizado 03/10/2018 15:13:29 CET

Insiste en que no aceptará un acuerdo a «cualquier precio» que suponga «romper» Reino Unido

LONDRES, 3 (EUROPA PRESS)

La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha advertido a sus colegas del Partido Conservador, reunidos en un cónclave nacional, de que las divisiones internas en torno al acuerdo para abandonar la UE podrían catapultar al Partido Laborista al Gobierno y acabar con el Brexit, respondiendo así a las maniobras para acabar con su liderazgo.

May ha pronunciado este miércoles el discurso de clausura del congreso general que el Partido Conservador ha celebrado estos días en Birmingham, cuyo objetivo era poner el foco en las políticas del Gobierno pero que finalmente ha servido de plataforma para quienes cuestionan la capacidad de la ‘premier’ para capitanear el Brexit.

Se esperaba que la mandataria respondiera a las duras críticas lanzadas el día anterior por su ex ministro de Exteriores Boris Jonhson, que la acusó de «engañar» a los británicos por decir que Chequers, como se conoce al plan del Gobierno para el Brexit, es la única opción y aseguró que hay «alternativas», aunque no las detalló.

La jefa de Gobierno no ha decepcionado. Ha irrumpido en el escenario contoneándose al ritmo de ‘Dancing Queen’ –ya sorprendió en su gira africana con un pequeño baile– y, tras un breve capítulo de bromas, se ha adentrado en un discurso cuyo mensaje esencial ha sido la unidad.

May ha restado importancia a las diferencias en el seno del Partido Conservador sobre el Brexit, porque ya las ha habido sobre otras cuestiones, si bien ha instado a los suyos a no abrir brechas insalvables: «No debemos ser un partido que se pierda en la ideología, sino que se funde en principios sólidos (…) Seguridad, libertad y oportunidades».

Para despejar las dudas internas, ha ratificado que no traicionará el resultado del referéndum de 2016. «La gente ya votó y votó por salir», ha enfatizado, descartando la posibilidad de celebrar una segunda consulta sobre la continuidad de Reino Unido en la UE.

En este punto, May ha enviado un mensaje a la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, que al hilo del Brexit ha agitado de nuevo la bandera independentista basándose en que la región británica votó mayoritariamente por permanecer en la Unión Europea.

«Dice que lucha por Escocia, pero dejaría a Escocia atrapada en la política de pesca común. Eso no es luchar por una Escocia más fuerte, eso es traicionar a Escocia», ha espetado.

CHEQUERS, LA MEJOR OPCIÓN

Cuestionada por ser una de las principales caras del ‘no, también ha dejado claro su compromiso con el Brexit. «He estado trabajando día y noche durante los últimos dos años para conseguir un buen acuerdo para nuestra futura relación», ha destacado y ha sostenido que Chequers lo es.

En concreto, ha hecho hincapié en que «protegerá nuestra preciosa Unión» porque «la fluida frontera en Irlanda del Norte, pilar de la paz y la estabilidad, no cambiará». «Nunca romperemos nuestro país», ha reiterado, arrancando al público uno de los muchos aplausos que le ha concedido.

May ha reconocido que las negociaciones sobre el Brexit se encuentran en un punto frágil –«quizá la fase más dura»– y ha esgrimido que renunciar a la posibilidad de que no haya acuerdo con la UE, considerado el peor escenario, supondría renunciar a una ventaja negociadora.

Al mismo tiempo, la jefa de Gobierno ha reprochado al bloque comunitario la dureza con la que ha contestado a Chequers. «No he tratado a la Unión Europea más que con que respeto, y espero que la Unión Europea haga lo mismo con Reino Unido», ha exigido. Además, ha reiterado que el modelo de Noruega o Canadá es «inaceptable» para Reino Unido.

LA AMENAZA LABORISTA

Ya en clave nacional, ha advertido de que, si el Partido Conservador empieza a dispersarse en «varias direcciones», la oposición laborista sacará rédito político de ello y pondrá en marcha su propio plan: «Nos arriesgamos a acabar sin ningún tipo de Brexit».

«Nadie quiere un buen acuerdo más que yo, pero eso no significa conseguir un acuerdo a cualquier precio», ha recalcado May, que se ha mostrado convencida de que «el Partido Laborista aceptará cualquier acuerdo aunque sea malo para Reino Unido».

May ha aprovechado la ocasión para cargar contra el líder laborista, Jeremy Corbyn, por lo que ha considerado una débil respuesta al ataque químico en Salisbury contra el ex agente ruso Sergei Skripal, del que Londres acusa a Moscú, y por unas propuestas «fantasma» que «a la larga perjudicarán al país».

Por eso ha urgido a sus compañeros de filas a poner «el interés nacional» por encima del interés político. «Nuestro país es un gran país, nuestro futuro está en nuestras manos. Hágamoslo juntos, construyamos un mejor Reino Unido», ha concluido visiblemente emocionada.