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Muere en India la víctima de violación que fue quemada cuando iba a testificar

La policía india mata a 4 hombres acusados por otro caso de violación a una joven veterinaria que fue quemada el 27 de noviembre, y provoca celebraciones en el país.

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La joven india de 23 años víctima de una violación, a la que el pasado jueves, día 5 de diciembre, un grupo de hombres prendió fuego cuando se dirigía a testificar desde su aldea del distrito de Unnao a la ciudad de Raebareli en el estado de Uttar Pradesh (norte), falleció en la noche del viernes en un hospital de Nueva Delhi. La víctima logró identificar a sus atacantes  antes de ser trasladada.

La mujer falleció a causa de un ataque cardíaco en torno a la media noche del viernes en dicho centro médico, al que fue trasladada vía aérea tras sufrir la agresión, según fuentes del departamento de relaciones públicas del hospital de Safdarjun de la capital india.

Los cinco presuntos atacantes fueron arrestados, aunque la policía no precisó si el presunto violador, en libertad bajo fianza, estaba entre ellos. Tras conocerse el ataque, las autoridades se comprometieron a aplicar un castigo ejemplar a los responsables, en un clima de protestas contra este tipo de delitos, iniciadas tras otro caso de violación y asesinato de una joven veterinaria el pasado 27 de noviembre.

Otro caso de violación que conmovió al país

La víctima, de 26 años, fue violada por cuatro hombres que posteriormente la asfixiaron, para a continuación quemar su cuerpo con gasolina.

Los cuatro presuntos violadores han muerto tiroteados por la policía en el mismo lugar en el que fue hallado el cadáver de la víctima, una acción que provocó reacciones de celebración y alarma en el país.

La policía llevó esta madrugada a los acusados al lugar donde se cometió el crimen, en una zona apartada de la ciudad de Hyderabad, como parte del proceso de investigación. Según la versión policial, al tratar ellos supuestamente de escapar, los agentes les dispararon.

Según su testimonio, los hombres, de entre 20 y 26 años, atacaron a la decena de agentes que los acompañaban con piedras, palos y armas que les sustrajeron, desencadenando la respuesta policial que causó la muerte de los cuatro hombres en el mismo descampado, bajo un puente en el que supuestamente quemaron el cadáver de la joven veterinaria el pasado 27 de noviembre.

La reacción a la actuación policial

Esta mañana, al conocerse lo sucedido, comenzó a llegar al lugar del tiroteo en peregrinación una multitud para celebrar lo que algunos presumen fue una ejecución extrajudicial.

Cientos de personas visitaron el lugar y expresaron su apoyo a los agentes, a los que lanzaron flores desde un puente cercano mientras otros los alzaban en brazos entre vítores.

Esas muestras de alegría no fueron las únicas en la India, ya que durante toda la jornada se multiplicaron a través de mensajes en las redes sociales y discursos y gestos públicos, sintiendo que al fin se había hecho justicia por un crimen que indignó al país.

La ejecución extrajudicial no es justicia

La organización Amnistía Internacional (AI) expresó también su preocupación por la muerte de los sospechosos bajo custodia policial y exigió a las autoridades que garanticen una investigación imparcial por lo ocurrido.

«Las ejecuciones extrajudiciales no son una solución para prevenir la violación», declaró en un comunicado Avinash Kumar, el director ejecutivo de AI para la India.

«Sea lo que sea que haya pasado, esto es muy peligroso para el país, porque nadie puede tomarse la justicia por la mano. La ley habría ordenado su ejecución de todos modos, pero si los matan antes de que se complete el debido proceso, entonces, ¿qué sentido tienen los tribunales, policías?», declaró a la prensa la parlamentaria Maneka Gandhi, del gubernamental partido BJP.

«¿De qué sirve tener leyes? Cojan un arma y disparen a quien quieran», agregó.

Las leyes contra las agresiones sexuales se endurecieron en la India después del caso de Jyoti Singh, que murió tras ser violada y torturada por seis hombres en un autobús en 2012 en Nueva Delhi, en un caso que trascendió las fronteras y que marcó un antes y un después, aunque no evitó que estos delitos sigan repitiéndose.

Según los últimos datos del Gobierno indio, en 2017 se denunciaron 33.658 casos de violación, casi un centenar al día.