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Schulz se lanza al ataque contra Merkel

El programa de SPD defiende que los jardines de infancia sean gratuitos y apuesta por la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo

A tres meses de las elecciones generales y 15 puntos por detrás de Merkel en las encuestas, Martin Schulz lanzó este domingo al Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) a un ataque frontal contra la canciller alemana y sus políticas, como si su propio partido no llevase cuatro años gobernado con ella codo con codo. Schulz acusó a Merkel de jugar con la participación electoral para favorecer a la CDU y de una «arrogancia del poder» que calificó como «ataque a la democracia». Con Merkel en el centro de la diana, Schulz disparó cuantas flechas le permitía el estrecho margen de oposición que deja el hecho de formar parte de la gran coalición de gobierno y acusó la líder cristianodemócrata de «negarse sistemáticamente a debatir el futuro del país» y de «evitar el auténtico debate democrático» y de «utilizar la táctica de hablar claramente ni tomar posición porque le va bien electoralmente».

«Pero en 2017 no será así», aventuró ante los 600 delegados y los 5.000 invitados añadidos al evento, insistiendo en que «el partido no puede albergar dudas» y dando por hecho que el programa electoral que el SPD presentaba en este congreso de Dortmund tiene fuerza suficiente para revertir el desastre que anuncian los sondeos.

El programa defiende que los jardines de infancia sean gratuitos y apuesta por la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo. «¿Queremos una Alemania armada hasta los dientes en el corazón de Europa? Conocemos nuestra historia y sabemos que más armas no significa más seguridad», dijo Schulz en alusión a la exigencia de Donald Trump de que Alemania aumente su contribución a la OTAN y acusando de nuevo a Merkel de ser «poco clara» en su postura respecto al actual presidente de Estados Unidos.

También se presentó, en contraposición con Merkel, como auténtico defensor de la libertad y la tolerancia, sin lograr despegar su discurso ni un centímetro del que defiende la canciller en materia de libre comercio o política de refugiados.

El programa en cuestión es un bloque de 72 páginas que no llegará en ese estado hasta las elecciones. Schulz tiene previsto emitir un documento propio, «un programa condensado, más a la medida de su estilo personal y más fácilmente entendible», según fuentes del partido y que espera hacer público el 16 de julio en Berlín. Aunque el programa «reducido» de Schulz, en el que trabajan ya «expertos y personas de su confianza», estará redactado sobre las bases del presentado este domingo, «llevará su sello propio» y pondrá relieve a asuntos como la digitalización, además de recoger propuestas ya anunciadas como la liberación de 15.000 millones de impuestos a las rentas más bajas con la consiguiente subida a las más altas.

Defendiendo este programa, faltaron sobre el escenario figuras como Sigmar Gabriel, que hubo de ceder la presidencia del partido y la candidatura a Schulz meses atrás, cuando este alegó internamente que el haber formado parte del gobierno Merkel supondría un lastre. La estrella del congreso, incluso eclipsando a Schulz, fue sin duda el ex canciller alemán Gerhard Schröder, que tres legislaturas después de perder contra Merkel sigue conservando su capacidad de inyectar impulso electoral y que se centró en convencer a las bases de que no hay que dar por perdidas las elecciones todavía.

Schröder se retrotrajo al verano de 2002, cuando el SPD estaba en una situación demoscópica similar a la actual y una crecida del Elba dio la vuelta a las encuestas, después de que él apareciese en televisión en el escenario de las inundaciones, calzando botas de agua y con la mejilla manchada de barro, mientras consolaba a una madre y su bebé ante la casa anegada por el agua. También se refirió a las elecciones de 2005, en las que logró remontar 20 puntos en pocas semanas para terminar alcanzando a Merkel por los pelos, lo que en la memoria colectiva del SPD han pasado a ser epopeyas electorales cuyo relato es repetido de generación en generación y a menudo en torno a buena cerveza.

Los nueve minutos de aplausos sirvieron al partido de terapia de autoayuda tras encadenar tres derrotas regionales consecutivas y desplomarse en las encuestas «Aún no está nada decidido. Todavía tenemos tiempo», arengó Schulz a los suyos. «¡Venceremos!», gritó en un torpe español Gerhard Schröder, que recurrió al voluntarismo para fijar la esperanza: «Solo quien de verdad y con todas sus fuerzas desea la Cancillería puede conseguirla», dijo, un déjà vu que devolvió por un instante al SPD a los años 80, cuando el propio Schröder volvía de tomar unas copas con unos amigos y trepó a la reja de la Cancillería, por entonces en Bonn, gritando a todo pulmón: «¡Yo quiero entrar ahí!».

Claves del programa

Impuestos– Liberación de 15.000 millones de impuestos a las rentas más bajas con la consiguiente subida a las más altas. La tasa impositiva del 42% contaría a partir de unos ingresos anuales de 60.000 euros, y no de 54.000 euros como hasta ahora, y para financiar esa medida, subiría hasta el 45% la tasa a los ingresos superiores a los 76.200 euros anuales, además de eliminar para rentas medias y bajas el “Soli”, impuesto de solidaridad para trasvasar riqueza a la Alemania del este.

Matrimonio homosexual– Schulz ha prometido que no firmará coalición alguna si no es bajo el compromiso de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. En Alemania, desde 2001 están permitidas las uniones civiles de personas del mismo sexo pero los homosexuales casados no gozan de plena igualdad jurídica y se les niegan determinados derechos, por ejemplo, en áreas como la adopción.

Guarderías– El SPD defiende que los Kindergarten sean completamente gratuitos, en lugar de las actuales tarifas que responden al nivel de ingresos de los padres.

Gasto en Defensa– En contra de los que la gran coalición del gobierno de Berlín ha defendido hasta ahora, se niega a cumplir con la exigencia de Donald Trump de que Alemania aumente su contribución económica a la OTAN.

Donald Trump- A pesar de que Merkel es considerada por la prensa internacional como la líder occidental anti Trump, Schulz la culpa de ser «poco clara» al respecto y se propone como auténtico líder anti Trump.

Digitalización- La digitalización, que cumple un punto destacado en las políticas y en el programa electoral con el que Merkel acude de nuevo a las elecciones, no ha sido completamente desarrollado en el programa del SPD, a pesar de que en el actual gobierno ha sido el socialdemócrata Sigmar Gabriel el encargado de implementar las políticas. Fuentes del partido aseguran sin embargo que Schulz presentará en julio un nuevo documento actualizado en el que este asunto entrará de lleno en el programa económico.

Apoyo

Hace solo tres meses, el SPD cantaba victoria por adelantado y proclamaba el «efecto Shculz» que había inflado a su favor las encuestas en lo que terminaría siendo un soplo fugaz. Hoy nada queda de ese entusiasmo y el descenso ha llevado al partido a la desesperación, según los cristianodemócratas de la CDU. «La desesperación no debe ser tan grande nunca como para que entre demócratas nos acusemos de ataque a la democracia», tuiteó el secretario general, Peter Tauber, apenas terminó Schulz su discurso en Dortmund. «Los ataques personales contra la canciller no dan resultado y muestran la gran desorientación que afecta ahora al SPD», diagnosticó por su parte el secretario general del ala bávara de la formación conservadora de Merkel, Andreas Scheuer, recordando que hay encuestas que señalan hasta 16 puntos porcentuales de ventaja para Merkel. «Quiere ser Emmanuel Macron y Jeremy Corbyn al mismo tiempo», decía el analista Jasper von Altenbockum, aludiendo a una “solidez” a la que el SPD recurre en sus careles electorales pero que no parece ser suficiente.