Karla Nancy Martínez Solano, de 42 años, comenzó este martes temprano las gestiones para despedir de uno de sus seis hijos. Una misión que una madre no merece. Ella fue una de las primeras en enterarse que Matías murió atropellado a las 6:41 a. m. al cruzar la vía que comunica a San José con Limón a su paso por el cruce de San Isidro de Heredia, cuando iba de camino al colegio.
Vía telefónica afirmó que su hijo, Matías Miranda Martínez, de 14 años, era evangélico y solía asistir con un amigo a la iglesia Oasis de Esperanza en San Miguel de Santo Domingo. También iba a una congregación de esa iglesia que le quedaba más cerca, situada en las inmediaciones del bar Las Juntas, en San Luis.
El muchacho era un joven respetuoso de Dios, cariñoso y amante de jugar al fútbol, sin dejar de lado los deberes de la casa y del colegio, dijo la madre.
Muy dolida y aún nerviosa por lo acontecido, recordó que su hijo jugaba con el hermanito de dos años y le decía que le iba a enseñar a ser futbolista como él. Desde niño ese deporte le apasionaba y lo seguía practicando ahora que era joven, como volante de la sección 8-6 de su colegio.
Era seguidor de la Liga y en sus ratos libres siempre salía a aprovechar las mejengas del barrio y del colegio, pues soñaba con ser futbolista profesional.
“Además tenía un don muy lindo, ya que desde pequeño predicaba y siendo adolescente todavía oraba con mucha autoridad. Recuerdo que el fin de semana fue el último culto que hicimos en la casa. Fue muy lindo. Solo Dios sabe por qué suceden estas cosas”, acotó.
Ese mismo criterio, de que era un joven muy cariñoso, especial, muy activo, muy alegre y soñador lo comparten los profesores del Liceo de San Isidro, cuya directora, Teresita Sánchez, llegó con algunos docentes a a la casa donde Matías vivía con su madre y su abuela, a solidarizarse con la familia que se aferra a su fe para superar este trance.
El fallecido deja dos hermanas y tres hermanos, una de ellas está en undécimo año en el Colegio Técnico Profesional de San Isidro, donde también expresaron las condolencias a la joven por la pérdida de su hermano.
El accidente ocurrió en la ruta 32, en una calle sin aceras, donde los carros pasan a mucha velocidad y las personas tienen que ingeniárselas para cruzar. A eso de las 10 a. m. los agentes levantaron el cuerpo y ahora la familia prepara los trámites del funeral.
Doña Karla afirma que va a esperar las investigaciones sobre ese homicidio culposo, del que todavía no le han informado los detalles.
Cruce de riesgo
Diez horas después, la dinámica del atropello del muchacho no es clara, solo se conoce que al parecer el joven intentó cruzar la vía y fue entonces cuando un Suzuki que iba en sentido de Limón a San José lo golpea primero y luego un camión también lo impactó.
En redes sociales muchos vecinos insisten en lo peligroso que les resulta cruzar la ruta 32. Lindsay Moreira Arce comentó que tiene un hijo de la misma edad que el fallecido, esta en octavo y también cruza la pista para ir a clases, por lo que le causa gran dolor lo que vive esa familia.
Otra vecina, solo identificada como Jen, dice que es necesario organizarse para averiguar el proceso para solicitar un puente peatonal.
“En ese cruce está el Colegio Técnico de San Isidro y hay muchos estudiantes que deben atravesar la pista para tomar el bus. Yo sé lo que es estar ahí por mucho tiempo para poder cruzar, conozco al estudiante fallecido y a otros chicos que cruzan esa calle; lamentablemente he visto que la empatía hace falta” escribió.
Diego Arce Soto afirmó que el barrio Yerbabuena carece de aceras, pese a que por ahí pasan muchos estudiantes que van hacia el CTP y también muchos adultos mayores que van hacia el Ebáis. Sostiene que lo vivido este miércoles es una triste noticia que podría repetirse si no se hace algo.
