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‘Chinindia’: la apuesta inversora de BNP Paribas en 2017 para sus clientes VIP

El relevo a los estímulos monetarios por otros de corte fiscal, el repunte de los tipos de interés y el regreso de la inflación serán los grandes ejes de 2017. Un año en el que la apuesta por ‘Chinindia’ se convierte en una de las opciones preferentes de inversión de BNP Paribas para sus clientes más predilectos, los de la división Wealth Management.
 
Las soluciones de inversión de la unidad de banca privada de BNP Paribas para un “mundo en evolución” incluyen sus mejores diez alternativas para aquellos que “quieran obtener unos ingresos estables o cubrirse frente a unos tipos de interés crecientes, pero también para aquellos que busquen invertir en productos más dinámicos” y arañar así una mayor rentabilidad en un universo de inversión cada vez más complejo.
 
En este contexto en el que la renta variable parece llamada a seguir gobernada por la volatilidad y en el que la inversión en renta fija ofrece un rendimiento ínfimo en categorías superiores al ‘bono basura’, los expertos del banco francés han identificado 10 opciones para conseguir una cartera más dinámica y diversificada. Unos objetivos que han perseguido junto al criterio de protegerse frente a los principales riesgos que se ciernen sobre este año recién estrenado, que según Silvia García-Castaño, directora de inversiones de BNP Paribas Wealth Management, se resume en “invertir protegiéndose frente a la aceleración de la inflación” y en renta variable a medida que esta se acelere.
 
1. Regreso de la inflación: el repunte en el precio de las materias primas y la mejora de los mercados laborales deberían impulsar los precios al consumo en “la mayoría de países desarrollados”, especialmente en EEUU y Reino Unido. En este contexto, los productos que usan derivados indexados a la inflación como los fondos sobre bonos cubiertos contra este factor. Entre sus favoritos están el Parvest Bond Aboslute Return v350 o el Goldman Sachs Global Strategic Macro Bond Portfolio.
 
2. Activos físicos: los activos tangibles permiten garantizar la obtención de unas rentabilidades atractivas a largo plazo, así como mejorar la protección de la cartera frente a la inflación y reducir los riesgos de caídas. Entre las favoritas de la entidad están los metales preciosos como el oro, las inversiones inmobiliarias a través de vehículos como las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (socimi) y propiedades agrícolas como los viñedos
 
3. Subida de los tipos de interés: el previsible incremento de la inflación y de la expansión económica debería mover a los bancos centrales a una progresiva normalización de sus políticas monetarias que incluiría, como en el caso de la Reserva Federal de EEUU, un aumento de tipos. La inversión en renta fija corporativa con vencimiento a un máximo de cinco años y con cupón variable vinculado al Euríbor o el Líbor británico es la opción recomendada mediante productos como Carmignac Securité y BSF Fixed Income Strategies.
 
4. Políticas reflacionistas: los temores deflacionistas del verano pasado han dejado paso a una mayor confianza en la capacidad de los gobiernos para estimular el crecimiento a través de políticas fiscales. Los mercados desarrollados de renta variable se convierten en la principal apuesta de BNP Paribas Wealth Management desde un enfoque value que prime valores cíclicos y financieros.
 
5. Innovación tecnológica: la intensa competencia que marca las relaciones comerciales, la reducción de la población activa, la “anémica” demanda global y la necesidad de reindustrialización apuntan hacia la innovación tecnológica como clave ineludible del éxito empresarial. La robótica avanzada y la ciberseguridad son dos sectores clave en los que tomar posiciones ante la cuarta revolución industrial.
 
6. Transformación digital: el imperio de “la ley del más fuerte” hace de esta cuestión una necesidad forzosa especialmente en lo que toca al consumo digital. En torno a esta idea, las compañías ligadas al cloud computing, los sensores y la impresión 3D y la inteligencia artificial son imprescindibles de inversión para la entidad de origen francés.
 
7. Chinindia: este neologismo cada vez más en boga hace referencia a la complementariedad de una India cuyo crecimiento sigue acelerando gracias a un mayor gasto en infraestructuras e industria con la de una China donde la economía se está reequilibrando gracias al auge de los servicios y al aumento del consumo privado. “India es una inversión en crecimiento y China es una inversión en valor”, defiende García-Castaño.
 
8. Renta variable a largo plazo: el nuevo escenario macro ha sentado las bases hacia una fuerte rotación sectorial a favor de los valores cíclicos ya en los últimos meses. En este contexto, los inversores que quieran invertir a largo plazo o que confíen en los motores de crecimiento actuales, la tecnología y la sanidad se colocan como los mejores sectores para seguir las denominadas macrotendencias globales.
 
9. Inversiones Sostenibles y Responsables (ISR): esta doctrina de inversión que persigue combinar la rentabilidad financiera con el impacto social y medioambiental, ha generado un universo creciente de fondos que arrojan una rentabilidad similar o superior a la de los tradicionales a largo plazo. La energía, el agua, la gestión de residuos y las actividades vinculadas al desarrollo de ciudades inteligentes son sus grandes apuestas.
 
10. Empresas con alto apalancamiento operativo: las compañías que encajen en este perfil deberían conseguir de una mayor rentabilidad ante la mejora del contexto económico. En ellas, el aumento de las ventas habría de traducirse en un margen de beneficios más elevado. Desde la división de banca privada se recomienda apostar por una selección de títulos basada en este criterio cuantitativo.