Los combustibles fósiles continúan siendo la principal fuente de energía de los países de la Unión Europea a pesar de que su peso ha ido disminuyendo paulatinamente en las dos últimas décadas, desde el 83% de 1990 hasta el 73% de 2015. Sin embargo, durante estos años ha aumentado la dependencia europea de las importaciones de estos combustibles, ya que mientras en 1990 se importaba el 53% de lo que se consumía, en 2015 se importa el 73%, según los últimos datos publicados por Eurostat.
España se encuentra entre los diez países europeos con mayor dependencia energética del exterior, ya que importa el 98% del petróleo, del gas y del carbón que consume. Suecia y Chipre lideran la lista, con un 103%, mientras que Bélgica cierra el podio con un 102%. Letonia (101%), Lituania (100%), Portugal (100%), Luxemburgo y Francia (99%) se sitúan por delante de España en este ranking. Por el contrario, Dinamarca, con un 4%, y Estonia, con un 17%, son los que menos dependen de las importaciones de combustibles fósiles.