Fuente: Félix Vásquez
En materia de Finanzas Públicas, ya se publicó el reporte al cuarto trimestre del año pasado, y no obstante que tiene el carácter de preliminar, nos permite evaluar con mayor precisión el desempeño de las finanzas del sector público federal durante el último año de gobierno del sexenio que terminó.
Como ya se esperaba, los ingresos presupuestales superaron ampliamente a los aprobados por el Congreso, ya que los ingresos propios fueron superiores en 335 mil millones de pesos (mmdp), lo que equivale a un siete por ciento más de ingresos, correspondiendo 287 mmdp (86 por ciento) a mayores ingresos del Gobierno Federal, y el 14 por ciento restante (48 mmdp) a Organismos y Empresas, principalmente CFE con 28 mmdp más y Pemex con 13.5 mmdp más a lo aprobado.
Destaca el caso de Pemex, porque el precio promedio del petróleo durante 2018 fue muy superior al estimado para propósitos presupuestales, ya que subió de 48 dólares por barril a 61.5 dólares, es decir, un 28 por ciento más, mientras que los ingresos propios de Pemex, que reporta Hacienda, solo crecieron en 3.4 por ciento con relación a lo aprobado, lo cual no guarda proporcionalidad.
Si bien es cierto que los ingresos propios de Pemex dependen más de las ventas de combustibles que de la exportación de crudo, tan solo considerando los barriles exportados en 2018, los cuales promediaron 1.2 millones de barriles diarios, el mayor precio del crudo debió haberle generado unos cinco mil 913 millones de dólares adicionales a los presupuestaos, que en pesos, serían unos 118 mil millones de pesos más, pero los ingresos totales reportados, como vimos, solo fueron superiores a los programados en 13.5 miles de millones de pesos.
Por otro lado, los precios de las gasolinas en 2018 crecieron incluso más que en 2017, año del “gasolinazo”, por lo que el dato de ingresos propios reportado para Pemex, por el Gobierno Federal, no es consistente, ni con el mayor precio del petróleo, ni con los mayores precios de las gasolinas, situación que deben aclarar puntualmente, y reportar las cifras reales.
Si revisamos los ingresos que percibió el Gobierno Federal por concepto de transferencias que le hace el Fondo Mexicano del Petróleo, cuya principal fuente de ingresos son los Derechos que le paga Pemex, los cuales a su vez están vinculados a la extracción de petróleo y su precio internacional, éstos debieron haber crecido en más de 30 por ciento en pesos, sin embargo, “solo” crecieron en 18 por ciento, por lo que, de nuevo, las cifras publicadas no cuadran con los parámetros publicados, lo que hace temer que también pueda haber un “Huachicoleo” Financiero, lo cual sería muy grave.
Si consideramos que para 2019 se prevé un precio promedio del petróleo 10.6 por ciento inferior al registrado en 2018, mientras que los precios de las gasolinas y el diésel solo crecerán con la inflación, simplemente no es posible que los ingresos de Pemex se proyecten superiores en 15 por ciento real para 2019, lo cual, simplemente no cuadra y amerita una explicación.
Si bien es cierto que el combate al “Huachicoleo” podría incrementar los ingresos de Pemex, es importante recordar que estas proyecciones de ingresos se presentaron el 15 de diciembre, cuando el tema del “Huachicoleo” aún no iniciaba, y su verdadera magnitud, es aún incierta.
El ISR y el IVA le aportaron al Gobierno Federal 143 mmdp MÁS a lo programado, mientras que el IEPS a las gasolinas fue inferior en 71 mmdp a lo aprobado, esto debido al subsidio otorgado en los primeros meses del año, y por consiguiente solo se recaudaron 160 mmdp por concepto de IEPS Federal, por lo que al comparar esta recaudación obtenida en 2018, contra los 242 mmdp que programaron percibir para 2019 (51 por ciento más), surge la duda sobre la factibilidad de alcanzar esta recaudación.
Comparando los ingresos tributarios aprobados para 2019, contra las cifras de cierre 2018, los impuestos deben crecer un 4.1 por ciento real en este año, lo que representa un gran reto si la economía solo crece en un 1 por ciento, razón por la cual los beneficios en la frontera incluyeron reglas estrictas para que sean pocos los contribuyentes beneficiado, y se incrementó en más de cien por ciento la retención a los intereses y se eliminó la compensación universal, Ah, pero NO se aumentaron los Impuestos.
El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.
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