Grupo Aeroméxico está investigando si un drone se estrelló contra su avión Boeing 737, cuando este se acercaba a su destino en Tijuana, México, en la frontera con Estados Unidos.
Medios locales publicaron imágenes del avión, en el que se le puede apreciar un daño considerable en la nariz del mismo, que operaba este miércoles el vuelo 773 de Guadalajara.
En una grabación de cabina, se puede escuchar a los miembros de la tripulación decir que escucharon un «fuerte golpe fuerte» y que le piden a la torre de control que comprobara si la nariz estaba dañada.
La colisión ocurrió poco antes de que aterrizara la aeronave.
«La causa exacta aún está siendo investigada», dijo Aeroméxico en un comunicado. «El avión aterrizó normalmente y la seguridad de los pasajeros nunca se vio comprometida», agregó.
Los aviones no tripulados han avivado los temores de que el uso creciente de estos pondría en peligro a los aviones de pasajeros. Si bien la mayoría de las naciones prohíben que los drones vuelen en vías reservadas para los aviones comerciales, los millones de pequeños dispositivos de consumo que se han comprado en todo el mundo no pueden ser rastreados, lo que dificulta a las autoridades hacer cumplir las reglas. Además, muchos usuarios no conocen las reglas o no las siguen.
La Administración Federal de Aviación de EU ha registrado un aumento dramático en el número de informes de seguridad relacionados con drones en los últimos años y los grupos de la industria de las compañías aéreas a principios de este año pidieron al gobierno que endurezca las regulaciones, después de apareciera un video en el que un avión no tripulado volaba a solo unos metros de un avión en Las Vegas. Según los datos de la FAA, se han realizado unos seis mil avistamientos de aviones no tripulados por pilotos.
En un estudio de 2017 basado en modelos computarizados, la FAA concluyó que los drones causarían más daño que las aves de un tamaño similar porque contienen piezas metálicas. Según el estudio, se encontraron daños significativos en los parabrisas, las alas y las superficies de la cola de los aviones. Sin embargo, el estudio encontró que el daño que podría causar un pequeño robot de consumo podría ser catastrófico.
