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Amar a México conscientemente

Alejandro Zertuche FuenteFuente: Cortesía

¿Qué tanto amor le tenemos a nuestro México?

De forma natural e inconsciente la respuesta de una gran mayoría sería que le tenemos mucho. Un amor incondicional por haber nacido en esta tierra, porque mi familia es de aquí, porque he estudiado o crecido en este país, porque tengo el orgullo de ser mexicano, entre otras respuestas.

Si observamos en autoreferencia ese amor que “sentimos” por México no se ve reflejado, sobre todo por como nos comportamos día a día. Es claro que en ocasiones queremos ser parte de un mejor país, desafortunadamente en la mayoría de las veces terminamos dejando nuestra intención para después.

Igual que sucede en una organización, un mejor país empieza con destacados ciudadanos. Si no tenemos un compromiso hacia un objetivo común, es difícil que lleguemos a nuestras metas. La palabra compromiso es el primer reto a concientizar ya que nos hace evidente que hay algo de nosotros que tenemos que dar, entregar o dedicar, y eso genera miedo y rechazo.

Para enfrentar este reto, podemos preguntarnos primero ¿Qué me ha dado México? Esta respuesta puede tener muchas posibilidades de acuerdo a la vida de cada uno. En todas ellas, hay algo que hemos recibido y que en la mayoría no lo tenemos consciente para aprender a retribuirlo de regreso.

México empieza en cada uno de nosotros, en cómo pensamos, sentimos y actuamos. Nuestro país es un reflejo de ese inconsciente colectivo que gana espacios por ser mayor al consciente colectivo. Si pensamos que todo está mal, si reaccionamos con enojo o si culpamos a los demás por lo que nos pasa, esto es un ejemplo claro de cómo se refleja nuestra vida en el desarrollo de nuestro país.

Amar a México es amarnos a nosotros mismos, a nuestras familias, amigos, colaboradores de trabajo, ciudadanos que nos topamos en la calle, políticos, en fin, todo aquel que es mexicano o que vive en nuestro país. Amarnos a nosotros es respetarnos, no engancharnos con las situaciones que ya están sucediendo, sino tener la fortaleza de observarlas con ojos de oportunidad y no de miedo, desprecio o rechazo.

Recientemente hemos tenido en la Ciudad de México y Monterrey altos niveles de contaminación. La primer reacción fue buscar culpables, después pasamos a la aparición de miles de “contaminólogos” discutiendo y tratando de responder como resolverlo, y al final nos perdemos en acciones reactivas sin aprender que todos estamos siendo responsables de ello.

¿Acaso después de esto dejaste tu carro por voluntad y cambiaste la forma de contribuir a este problema conscientemente? Y si no eres de estas dos ciudades ¿Estás empezando a hacer algo desde lo individual para que en tu localidad no suceda esto en un futuro próximo?

Este es uno de los casos que vivimos día a día y no nos damos cuenta que estamos acabando con nuestra calidad de vida. Con nuestras reacciones colectivas estamos generando más violencia, más estrés y ansiedad, más ambición desmedida, mayor separación de la sociedad y un sin número de experiencias que están lastimando a nuestro México y por lo tanto a nosotros mismos.

Amar a México requiere de un compromiso consciente de cada ciudadano y no solo de esperar las reglas y terceros que nos digan que hacer. Es sabernos parte del todo y dejar de separarnos de lo que sucede en nuestro país para entonces ser parte creadora de una nueva versión de México.

Siempre será sencillo evaluar el amor que le tenemos a México con solo preguntarnos ¿Estoy comprometido a ser más consciente de lo que hago para ser mejor persona? ¿Estoy haciendo algo conscientemente para sumar y mejorar la situación que vivimos en colectivo?

  • Amar no es de vez en cuando.
  • Tú ¿Amas o no amas a México?

El autor es emprendedor por más de 20 años en la industria de la consultoría y servicios. Hoy es asesor de Liderazgos públicos y privados dónde implementa el modelo y tecnología propia llamado Liderazgo Convergente. Influencer en temas de consciente e inconsciente

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