Con la renuncia de Roberto del Cueto Legaspi a su puesto como subgobernador en el Banco de México (Banxico), por motivos de salud, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador podrá designar hasta tres de cinco miembros de la Junta de Gobierno en tan solo dos años, un tiempo récord.
El periodo de Del Cueto en la junta estaba programado para concluir el próximo 31 de diciembre de 2022, pero terminará el próximo 30 de noviembre, un día antes de que AMLO asuma el poder.
La Junta del Banco Central está conformada por cinco personas: un gobernador y cuatro subgobernadores.
La primera nominación del presidente electo será la del economista Jonathan Heath, quien sustituiría a Manuel Ramos Francia, cuyo periodo en la junta concluirá este año.
Los nombramientos al Banco Central deben ser aprobados por el Senado en donde Morena, partido de AMLO, tiene mayoría.
Además de los nombramientos de quienes remplazarán a Ramos Francia y Del Cueto, el próximo presidente podrá nominar a un tercer integrante para la Junta de Gobierno en diciembre de 2020, cuando termina su periodo Javier Eduardo Guzmán Calafell.
Algunos analistas han señalado preocupaciones de que López Obrador busque interferir con la independencia del Banco de México, sin embargo tanto él como su designado secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, aseguran que eso no ocurrirá.
El Banco Central tiene como mandato único el mantener estable la inflación, con un objetivo rango de 3 por ciento +/- un punto porcentual, y para este objetivo influyen distintos factores, como el crecimiento económico o el tipo de cambio.
Una de las preocupaciones de analistas es que también quisieran en algún momento usarse las reservas internacionales, lo cual también ha descartado López Obrador.
En comparación, el presidente Enrique Peña Nieto pudo designar en el sexenio que termina el 30 de noviembre a dos nuevos miembros de la junta, pero hacia el final de su Gobierno.
En noviembre de 2017, Peña eligió a Alejandro Díaz de León como nuevo gobernador del Banco de México, en sustitución de Agustín Carstens, quien dejó el cargo para dirigir el Banco de Pagos Internacionales.
Dos meses después, el presidente de México propuso a Irene Espinosa para ocupar el puesto dejado por Díaz de León como subgobernador.
