Inicio México Capital humano en trece palabras

Capital humano en trece palabras

José Antonio Cárdenas MarroquínFuente: Cortesía

Durante mis años de experiencia en la gestión del Capital Humano y conviviendo con expertos en el tema, he aprendido que pretender describir las características, atributos y competencias de los responsables de esta función, constituye un trabajo inalcanzable, dada la magnitud de nuestro legado.

Sin embargo, propongo describir en trece sencillas palabras el deber ser del profesional en la gestión del Capital Humano. Incidentalmente, las letras iniciales de las Trece Palabras constituyen un acróstico de la expresión “Capital Humano”.

Primordialmente, dado que el Carácter rige nuestro destino y robustece las decisiones que tomamos, seremos portadores de la fortaleza y templanza de los líderes admirables, así como de la tenacidad y disciplina de los miembros de un equipo exitoso.

De la misma manera, la Actitud es el vehículo único en el que transitan nuestros conocimientos y habilidades para el logro de los objetivos y deberemos simbolizar un modelo de aquellas actitudes constructivas y propositivas que conllevan a que las cosas sucedan.

También somos responsables de edificar una plataforma de Principios sólidos e inmutables que inspiren confianza entre colaboradores y asociados.

Recordemos que la Iniciativa es una forma de vida que nos coloca al frente de lo que debe suceder por lo que es importante asegurarnos de que nuestras aportaciones sean siempre originales, innovadoras y de carácter emprendedor.

Por tanto, debemos robustecer nuestro Talento para mantenernos a la vanguardia en el ser, hacer y quehacer de la función, a través del autoaprendizaje permanente.

Otra característica fundamental constituye el Apego a nuestros valores que permite colaborar activamente con la edificación de una cultura organizacional social y moralmente responsable, así como nutrir los Logros para asegurar la esencia de lo que debemos aportar a la organización y a la gente.

No podemos olvidar que las personas soberbias consideran que las demás no existen; por el contrario, la Humildad conlleva a centrar todos nuestros actos en las otras personas.

Por tanto, debemos respetar la diversidad generando un espacio único de convivencia y colaboración; buscar en todo momento la Unidad de la organización privilegiando las diferencias individuales.

Dado que la sabiduría en la toma de decisiones proviene de la experiencia y la Madurez del individuo, en nuestra función, habremos de tomar decisiones maduras y educadas para responder a nuestra obligación con las personas y la organización. No obstante, recordemos que los eventos que trascienden tienen una gran dosis de planificación y, a la vez, cristalizan a través de la Acción oportuna y coordinada. Convenimos entonces en trabajar tan solo en aquello que beneficie de manera explícita a la organización y a sus colaboradores, sin buscar Notoriedad gratuita ni gratificación.

Finalmente, el buen funcionamiento de todas las cosas demanda Orden y disciplina. De esta manera, el éxito de los sistemas humanos, en cuanto a equidad y armonía, dependen en buena medida del manejo juicioso y ordenado del tiempo y otros recursos: los responsables de la función fomentaremos, con el ejemplo, la prudencia en el uso de los recursos que tienen que ver con el quehacer humano.

El autor es Socio Director de Autodirección y Aprendizaje, SC. y Consejero de Eriac Capital Humano; Maestro en Administración de Tecnología por el MIT, Maestro en Recursos Humanos por la Universidad de Utah y Doctor en Innovación Educativa por el ITESM.

Opine usted: [email protected]

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.