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Cinco tradiciones que seguirá la boda real

Este sábado tendrá lugar la boda entre el príncipe Harry y la actriz Meghan Markle en la capilla de Saint George, ubicada en el Castillo de Windsor; desde las primeras horas de este jueves, cientos de personas ya se han alineado en las calles de este sitio para echar un vistazo a la pareja y a los cientos de invitados al enlace.

Aunque las ceremonias y las celebraciones de las bodas de las monarquías inglesas han cambiado con los años, muchas de estas tradiciones se han mantenido con los años, y por ello, aquí te dejamos algunas de las más fascinantes tradiciones que ha conservado la Familia Real británica para estos eventos:

Anillos de oro de Gales

Los anillos de boda de la familia real británica deben ser de oro de Gales; hasta el momento, las argollas de la reina madre Isabel, la reina Isabel II, la princesa Margarita, la princesa Anna, y Diana, la madre del actual novio, proceden de la misma pepita de oro, la cual viene de la mina Clogau St Davis, de acuerdo con el portal de la Familia Real.

En noviembre de 1981, la Legión Británica Real obsequió a la reina Isabel II una pieza de oro galés de 21 quilates, la cual es conservada por los Joyeros de la Corona para la elaboración de las argollas matrimoniales.

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Una rama de mirto en el ramo de la novia

En la tradición británica, el mirto representa amor, fertilidad e inocencia y comenzó a ser incluido en los ramos de novia de la Familia Real desde la boda de la reina Victoria con el príncipe Albert de Hannover en 1840, por lo que muchas novias reales como la reina Isabel y Cate Middleton, actual diquesa de Cambridge, han escogido esta flor para sus ramos de novia.

La planta de la cual se han tomado las flores para estos ramos ha crecido desde hace 170 años en Osborne House, la que solía ser la casa de verano de la reina Victoria en la isla de Wight, y fue un regalo de la abuela del príncipe Alberto a la que sería su esposa.

Ramo en la Tumba del Soldado Desconocido

Esta tradición dio inicio en 1923 cuando la entonces Lady Elizabeth Bowes-Lyon, quien después se convertiría en la reina Madre Isabel, quien al llegar a su boda a la Abadía de Westminster dejó su ramo en la Tumba del Soldado Desconocido. Este gesto fue en memoria de su hermano Fergus, quien había fallecido en la Batalla de Loos en 1915 y así rendir tributo a los millones de soldados muertos y lesionados en la Primera Guerra Mundial.

Desde ese entonces, las novias reales británicas han continuado con esta tradición, sólo que éstas dejan su ramo al dejar la iglesia y no al entrar en ella.

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Sesión de fotografías

De acuerdo con el portal de la familia real, las sesiones de fotos de las bodas de los monarcas y sus descendientes se lleva a cabo entre el enlace religioso y la recepción, y esta moda dio inicio con el enlace del rey Edward VII, hijo de la reina Victoria, con la princesa Alexandra de Teck.

Para su sesión, el príncipe Harry y Meghan Markle han escogido al fotógrafo Alexi Lubomirski, quien además de ser el fotógrafo oficial del enlace, también fue el encargado de las fotos oficiales del compromiso de la pareja.

Flores de naranjo

Para su boda con el príncipe Alberto en 1840, la reina Victoria no usó tiara, sino una guirnalda de flores de naranjo, emblema de castidad y pureza.

La tradición de usar flores de naranjo en el vestido, ramo o arreglo de la novia continuó en el siglo XX; la princesa Mary de Teck, abuela de la actual monarca, las incorporó en su vestido de novia; la reina Madre Isabel las usó en una guirnalda hecha también con rosas de York. En su boda con el príncipe Phillip en 1947, la reina Isabel II usó flores de naranjo bordadas en su vestido con tul, cristal y pequeñas perlas, por lo que se espera que Meghan Markle también las incluya en su atuendo.