CIUDAD DE MÉXICO.- Tras la renuncia de Manuel Granados como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), su lugar será ocupado por el actual secretario general, Ángel Ávila que asumirá como “secretario general en funciones de presidente”.
Sin embargo, la ruta para la renovación de la dirigencia nacional (todo el Comité Ejecutivo Nacional) será un proceso que se llevará al menos un año.
De acuerdo con el resolutivo del más reciente Consejo Nacional, el Congreso Nacional del PRD (que es el máximo órgano de decisión dentro de ese partido) se llevará a cabo a mediados de noviembre próximo, pero en éste no se nombrará al nuevo presidente, pues solo está citado para llevar a cabo recortes en el número de secretarías que conforman el CEN, por lo que solamente se tomará el acuerdo de prorrogar la presidencia interina de Ávila.
Por ley, los resolutivos tomados por el Congreso Nacional deberán ser turnados al INE para que éste los analice y apruebe, contando para ello con tres meses.
Una vez aprobados estos resolutivos, el PRD tendrá que volver a citar a su Consejo Nacional para que éste, a su vez, vuelva a convocar, con 60 días de anticipación, a su Congreso Nacional.
En este Congreso Nacional se aprobará el cambio de documentos básicos de ese partido así como su nuevo estatuto y, de nueva cuenta serán enviados al INE para que, en tres meses más, los apruebe.
Una vez aprobado lo anterior, el PRD deberá emitir la convocatoria a una elección abierta a su militancia, tal como se lo ordenó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, también con 60 días de anticipación.
De esta forma, el nuevo presidente del PRD -y todo el CEN- estarán rindiendo protesta por allá de noviembre del próximo año.
