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Conflictos y desaceleración económica, principales motivos del aumento del hambre en el mundo: FAO

El número de personas que padecen hambre ha aumentado en los últimos años hasta alcanzar 821 millones de personas en el mundo en 2018, un regreso a los niveles de entre 2010 y 2011, según reveló este lunes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) en el informe sobre Seguridad Alimentaria.

Dicho estudio destaca la relación entre desaceleración y recesión económica con el aumento en la desnutrición y el impacto de mayores tensiones comerciales para mejorar las perspectivas a futuro.

El 84 por ciento de los países que ha experimentado aumento en la desnutrición entre 2011 y 2017, simultáneamente sufrieron desaceleración económica o recesión. Así, la FAO identifica a los conflictos y choques climáticos como los principales generadores de crisis alimentarias en 2018, pero los choques económicos fueron significativamente los segundos generadores en más de la mitad de los países afectados por crisis alimentarias.

«Cuando no hay crecimiento, la economía alcanza la recesión. Este fenómeno económico frecuentemente conlleva al aumento del desempleo y la disminución de los salarios e ingresos, dificultando el acceso a alimentos y a los servicios sociales esenciales para los pobres», expone el documento presentado en Roma, Italia.

El 80 por ciento de los países, 52 entre 65, con un aumento en hambre durante recientes desaceleraciones económicas o recesiones, son naciones cuyas economías son altamente dependientes de materias primas primarias para la exportación o importación. Cambios en los precios de los comodities afectan el valor relativo de las exportaciones e importaciones en esos países.

Para la seguridad alimentaria, entendida como el adecuado acceso a alimentos tanto en cantidad como en calidad, son necesarios aspectos como diversificación económica, de las exportaciones y el desarrollo del mercado interno, pero también lo son la diversificación de las importaciones, incluso en los sistemas alimentarios hacia dietas más saludables.

La prevalencia de la desnutrición entre la población mexicana disminuyó al 3.6 por ciento del total, respecto al 5.5 por ciento que significó entre 2004 y 2006; sin embargo, poco se hizo para cambiar las cifras sobre prevalencia de inseguridad alimentaria severa, personas que han pasado días sin comer y moderada, o aquellas personas que experimentan incertidumbre sobre su habilidad para obtener alimentos.

En los últimos dos años la prevalencia de inseguridad alimentaria severa se mantuvo casi igual en México comparado con 2014 y 2016, pues bajó a 8.9 por ciento desde 9.0 por ciento.

En cuanto a prevalencia de inseguridad de moderada a severa, apenas disminuyó al 28 por ciento de la población total, desde 28.5 por ciento.

En el tema de obesidad, México logró bajar la prevalencia de este padecimiento entre los niños menores de 5 años al 5.3 por ciento de la población desde 9 por ciento en 2012.

No obstante, aumentó la prevalencia de la obesidad entre los adultos mayores a 18 años al 28.4 por ciento del total de la población dentro de este grupo, comparado con 26 por ciento en 2012.