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¿Coyotaje en Pegasus?

Arely Gómez

El miércoles en la noche Denise Maerker dio a conocer parte del contrato mediante el cual la Procuraduría General de la República se hizo, en 2014, del programa para espionaje Pegasus.

El material presentado en Televisa por la periodista confirmó que la PGR le compró ese equipo a una empresa llamada Tech Bull, de la que poco o nada se sabe en medio de la tormenta que desde hace doce días se vive en México por el espionaje a activistas, reporteros y, según se confirmó ayer, a algunos políticos panistas.

Según se publicó en Proceso originalmente en julio de 2015, y en Reforma en al menos dos ocasiones (septiembre del año pasado y hace una semana), Tech Bull forma parte de una empresa llamada Balam Seguridad Privada, cuyo dueño es Rodrigo Ruiz de Teresa, sobrino del director de Puertos y Marina de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Guillermo Ruiz de Teresa, personaje ligado a Emilio Gamboa Patrón.

La fuente que sustenta esas conexiones entre las dos empresas son correos electrónicos que se encuentran en Wikileaks.

Una nueva investigación de Proceso sobre este tema, en la que participaron reporteros de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), expuso el domingo, en pocas palabras, que la PGR le compró Pegasus a una empresa poco conocida, propiedad de un joven (tiene hoy 34 años) ligado a políticos priistas y quien destacaba más bien por sus actividades de socialité (hay selfies en redes sociales y fotos en revistas del género), y por negocios en el ramo restaurantero.

Tras la publicación, el mismo domingo y por medio de un tercero, Rodrigo Ruiz de Teresa envió una carta a MCCI para negar ser el dueño de Tech Bull. Dado que la carta no explicaba mayor cosa, se le solicitó entrevista formal para que sustentara su dicho, a lo cual no ha accedido hasta el momento.

En medio de la exhibida mediática, Ruiz de Teresa dio unas declaraciones a 24 Horas. Sus palabras, publicadas el lunes, van en el sentido de que él no vendió el software que se usó para espiar a periodistas, políticos y defensores de los derechos humanos.

“Me echaron al fuego. La persona que finalmente lo vendió (Pegasus) usó al rival más débil (Balam Seguridad) para distraer la atención”, declaró a ese diario Ruiz de Teresa.

Cuando 24 Horas preguntó a Rodrigo quién era el “real vendedor” de Pegasus a la PGR, dijo que desconocía esa respuesta.

¿Está diciendo la verdad Ruiz de Teresa? ¿Cómo es que se presenta como un jugador relevante en el mercado de la seguridad (vende drones, cámaras de seguridad, etcétera), pero no sabe la identidad de quien, según él, lo “echó al fuego”?

Los documentos de Wikileaks sobre esta compra hablan de algo que bien podría configurar una operación de coyotaje. Según esos correos, Tech Bull obtuvo el contrato de la PGR, que le pagó para entregar el malware Pegasus con capacidad de 500 infecciones.

Acto seguido, Tech Bull entró en contacto con la empresa italiana Hacking Team con el objetivo de evitar un sobreprecio de 50 por ciento que, según esos mismos correos, la empresa NSO, propietaria de Pegasus, le habría aplicado al saber que ya tenían el contrato con la PGR.

Eso lleva a preguntarse ¿por qué la PGR compró a una empresa que de inmediato se dedicó a tratar de cambiar de proveedor para el contrato de un asunto tan delicado como el equipo para espiar? ¿Hay coyotaje hasta en temas de seguridad nacional?

La historia de Pegasus seguirá dando de qué hablar. ¿Nos dirá la PGR la verdad?

Twitter: @SalCamarena

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