A la clienta de Rick Rosa, dueño de un condominio en Long Island City, Nueva York, le llevó dos meses y una rebaja de precio para encontrar por fin un comprador para su departamento de un dormitorio. Luego le llegó la noticia de que Amazon llegará al vecindario de Queens con su nueva sede.
La vendedora vio en el futuro signos de dólares… muchos, así que se negó a firmar el contrato con el comprador y retiró su propiedad de las listas de ventas a la espera de un futuro más lucrativo.
“Pasó de ser un mercado de compradores a un mercado de vendedores de un momento a otro”, explicó Rosa, un agente de Douglas Elliman Real Estate. “La desaceleración que se produjo en Long Island City es algo que no va a pasar”.
La firma minorista anunció el martes sus planes de establecer su disputada segunda sede entre Long Island City, en Nueva York, y la zona de Crystal City, en el norte de Virginia, en la que habrán 25 mil empleados en cada enclave.
Las dos comunidades ya han atraído la especulación inmobiliaria, mucho antes de que llegue el primer empleado.
El efecto Amazon le resultaría familiar a todo el que haya vivido en la zona de la sede de la compañía en Seattle, donde los precios de las casas unifamiliares han aumentado casi 80 por ciento en los últimos seis años.
Buscando no repetir los errores del pasado
Esta vez Amazon deberá tratar de evitar la pérdida de viviendas asequibles y el aumento de la cantidad de personas sin techo que acompañaron la explosión de crecimiento en el estado de Washington, advirtió Margaret O’Mara, profesora de la Universidad de Washington en Seattle que ha estudiado la historia de Silicon Valley y otros centros tecnológicos.
A medida que crea nuevas sedes, Amazon tiene la oportunidad de “dar el ejemplo de cómo las empresas, y en particular las compañías tecnológicas, pueden no sólo participar en el plano local y ser buenas vecinas”, sino también trabajar en problemas sociales, agregó O’Mara.
Tanto Queens como el norte de Virginia ya han experimentado un fuerte incremento del precio de los inmuebles debido a que familias jóvenes buscan viviendas menos caras que estén cerca del transporte público y con fácil acceso a Manhattan o Washington.
Si bien Amazon aseguró que está comprometida a preservar el carácter asequible de la vivienda, su llegada a esas zonas actuará como un ‘acelerador’ del mercado inmobiliario lo que aumentará la exclusión de la población pobre, subrayó Nina Janopaul, máxima responsable de la Sociedad de Arlington para la Vivienda Asequible.
“La generación más joven busca lugares con buen transporte, lo cual es muy bueno, es maravilloso que hayan abandonado el romance con los autos, pero le complica las cosas a la gente para la cual no se trata de una elección, sino de una necesidad”, agregó.
