Un equipo de empleados de Amazon, que analiza los comandos emitidos por los usuarios de Alexa para los asistentes de voz, tiene acceso la ubicación y puede encontrar, en menos de un minuto, las direcciones de los usuarios de acuerdo con 5 empleados familiarizados con el tema.
Lo anterior mediante un software, cuya existencia reveló Bloomberg a principios de abril, que graba algunos de los comandos emitidos por los usuarios para su análisis y que supuestamente tiene el objetivo de hacer más precisas las respuestas de los altavoces ‘Echo’.
Los empleados que utilizan dicho software, distribuidos en tres continentes, transcriben, anotan y analizan algunas de esas grabaciones de voz recopiladas por Alexa.
Dichos miebros del equipo tienen acceso a coordenadas geográficas de los usuarios de Alexa y pueden escribirlos en un software de mapas ajeno a Amazon, como Google Maps por mencionar un ejemplo, y encontrar dichas ubicaciones por dirección y hallar así sus residencias.
Los reportes de Bloomberg señalan que si bien no hay indicios de que los empleados de Amazon con acceso a los datos hayan intentado rastrear a algún individuo o usuario en particular, dos miembros del equipo de Alexa manifestaron su preocupación al considerar que se trata de acceso innecesariamente amplio a datos de los clientes.
Lo que argumenta Amazon es que la información geográfica y localización de usuario se utiliza para establecer respuestas más precisas sobre clima y ubicación de restaurantes o amenidades cercanas al cliente.
Los datos de ubicación son altamente confidenciales y mucho más delicados que otras categorías de información del usuario, de acuerdo con Lindsey Barrett, abogada del personal docente de la Clínica de Tecnología y Comunicaciones de Georgetown Law.
“Cada vez que alguien está recolectando tu ubicación, eso significa que son datos que podrían llegar a otra persona que te encontraría fácilmente sin que lo sepas”, dijo. “El acceso generalizado a los datos de ubicación asociados con las grabaciones de usuarios de Alexa establece una ‘alerta roja’ para mí”, añadió.
Bloomberg informó el 10 de abril que Amazon emplea a miles de personas en el mundo para escuchar las grabaciones de voz capturadas de casas y oficinas de los propietarios de los altoparlantes ‘Echo’ para luego transcribirlas y registrarlas en el software, que las analiza para ayudar al asistente a responder mejor a los usuarios.
Tras la publicación Amazon argumentó que reconocía el programa, pero que el acceso a los datos estaba limitado a algunos empleados que requieren de la información para mejorar el servicio.
“Auditamos regularmente el acceso de los empleados a las herramientas internas y limitamos el acceso siempre que sea posible”, dice la declaración.
El equipo está compuesto por contratistas y empleados de tiempo completo de Amazon que trabajan en Boston, Costa Rica, India, Rumania y otros países.
En una demostración vista por Bloomberg, un empleado escuchó una grabación de audio de un usuario, obtuvo las coordenadas de la grabación, almacenadas en el sistema, y las pegó en Google Maps. En segundos, el empleado había pasado de tener una grabación de audio a una imagen de una casa y la dirección correspondiente.
Los trabajadores de ese grupo son llamados ‘Anotadores’ o ‘Verificadores’ y tienen acceso a dicha información, de acuerdo con las fuentes de Bloomberg. Si un usuario ha decidido compartir sus contactos con Alexa, y datos como nombres, números y direcciones de correo electrónico, también aparecerán en el panel.
Lo anterior, de acuerdo con Amazon, para que si el cliente decide emitir el comando “enviar un mensaje a Laura”, los verificadores humanos puedan asegurarse de que el software vincule correctamente esa solicitud con ‘Laura’ en la lista de contactos.
Amazon limitó el acceso a los datos luego de la publicación del 10 de abril. Algunos de los empleados de Amazon indicaron a Bloomberg que ya no tenían acceso a las herramientas de software antes mencionadas.