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Empresa Familiar: ¿Promotora de la Zona de Confort?

Rosa Nelly Trevinyo-RodríguezFuente: Cortesía

La empresa familiar multigeneracional es, sin duda alguna, el mayor logro de emprendimiento intergeneracional que una familia empresaria puede legar. Y es que, no sólo engloba un sueño compartido, una fuente de riqueza y un lugar dónde trabajar; sino también, la oportunidad de beneficiarse de una amplia gama de contactos (relaciones) y de una red de seguridad que permite, a quienes desean dedicarse a otras aficiones, potenciar su carrera profesional, tomar riesgos controlados y equivocarse “con medida” sin graves consecuencias.

Aunque, no siempre…

Y es que, cuando las cosas están dadas y no se exige a cada miembro de la familia disciplina, laboriosidad, excelencia, ética y respeto, el negocio termina volviéndose el catalizador de una gran zona de confort.

Así, hemos visto como hijos de empresarios trabajadores y con gran empuje, terminan “facilitándose” la existencia—i.e. copian tareas; compran exámenes, tesis, títulos y hasta identificaciones apócrifas. ¿Qué se podrá esperar de ellos, más adelante, en el ámbito de los negocios?

En efecto, estos comportamientos, hábitos y entornos se vuelven una forma de vida; una manera de ser y hacer. En consecuencia, las siguientes generaciones se acostumbran a vivir sin principios ni valores; sin esforzarse por aprender y evolucionar.

¿Cómo evitarlo?

1.- $ – Mesadas Limitadas.

El dinero y el ocio son malos consejeros. Así que, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre: Fíjales mesadas limitadas que los obliguen a administrarse y de ser posible, a ganarse un “extra”. Para valorar lo que tienen, deben saber lo que cuesta ganárselo. OJO: Calcula bien. Si utilizan tu tarjeta de crédito o si pagas su combustible, réstalo de su mesada.

2.- 4C’s – Compromiso, Calidad, Constancia y Convivencia.

Parte integral de la formación de un miembro de siguiente generación pasa por haber trabajado en el negocio de la familia (independientemente de si decide o no colaborar ahí en un futuro). Y es que, cuando la formación está bien encauzada, la empresa familiar enseña un conjunto de valores que forjan el carácter—por ejemplo, se aprende a seguir órdenes, cumplir horarios, dar resultados, poner el ejemplo; a ser empático, humilde, a tratar con respeto; a convivir y trabajar en equipo.

3.- ½ – El Medio… Evita las Burbujas.

Tal como lo expresó Ortega y Gasset en su frase célebre, “Yo soy yo y mis circunstancias”, el miembro de siguiente generación también es Él y su medio. En consecuencia, para comprender la realidad, debe vivirla. Aislarlo en burbujas—resolverle los problemas, no dejarlo luchar con la incertidumbre, evitarle dolor, sanciones o sacrificios, o incluso disculpar sus irresponsabilidades—sólo hará que se vuelva engreído y se sienta merecedor. Aconséjalo y échale porras; pero no hagas su trabajo. Si se equivoca, ínstalo a levantarse. Exígele que responda por sus acciones.

4.- @ – El Mercado…¡No es Broma!

Si te enteras de que tu hij@ está transando en su proceso educativo o utilizando credenciales falsas, ¡no lo tomes a broma! Corrige. La ética se aprende en casa. Ayúdalos a evitar también a “amigos” vagos, poco conscientes de la realidad social y con nulas aspiraciones profesionales.

Quien no sale de su zona de confort ve reducida su autoconfianza, su realidad profesional, e incluso, su felicidad. La rutina, los excesos y el poder de hacer siempre lo que quiero, nos vuelve arrogantes, egoístas, insensibles y MUY poco incluyentes, dañando directamente la esencia y la trascendencia de la empresa familiar. ¡Cuidado!

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Petrolero y de Retail. 

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