Fuente: Cortesía
Hace más de 130 años Woodrow Wilson declaraba en su famoso ensayo “The Study of Administration” que la “Administración [Pública] es la parte más obvia del gobierno; es el gobierno en acción; es el lado executivo, el operativo…” en nuestros días la administración pública sigue siendo claramente el elemento más identificable de toda acción de gobierno.
En las últimas décadas la tarea de la administración pública ha sido valorada en la medida en que se ejecute de manera efectiva y eficiente. Esto es que, desde una perspectiva de legitimidad, la administración pública pueda crear valor público empleando el menor número de recursos posible. Para esto, en las principales economías del mundo los programas públicos han sido celosamente cuestionados, revisados y reorientados para lograr el mayor valor público posible al menor costo.
Es entendible que a la entrada de una nueva administración federal se cuestionen programas sociales y proyectos implementados en gestiones pasadas; al mismo tiempo también se entiende que se diseñen nuevos programas que sustituyan a los anteriores con una “marca” nueva. Puede ser cuestionable si este proceso es eficiente o no, pero es una realidad que en nuestro país lo hemos visto cada seis años.
El programa de “Jóvenes Construyendo el Futuro” diseñado por la nueva administración federal busca capacitar a jóvenes que puedan al mismo tiempo trabajar y tener una beca de tres mil 600 pesos al mes. Según mis cálculos con datos de la pirámide poblacional que publica INEGI, existen aproximadamente 18 millones de jóvenes entre 18 y 29 años, y según la OCDE el 22 por ciento de estos jóvenes en México no estudian, ni trabajan ni reciben capacitación.
Esto quiere decir que la población objetivo de este programa sería aproximadamente de cuatro millones de jóvenes. A principios de este año Luisa María Alcalde, Secretaria de Trabajo y Prevención Social, y el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentaron este programa y anunciaron que se busca beneficiar a 2.3 millones de jóvenes. Para poder definir con claridad las metas del programa surgen algunas preguntas ¿sólo se podrá atender a un máximo de 2.3 millones de jóvenes al mes? ¿al año? ¿en total? El programa dice que los jóvenes sólo podrán recibir la beca hasta por un máximo de 12 meses. De acuerdo con el portal de jovenesconstruyendoelfuturo.stps.gob.mx hay, al momento que escribo estas líneas, 676 mil 240 aprendices (y sumando). Esto implica que al menos este mes se tendrán que entregar más de 2.435 mil millones de pesos en becas.
Si al menos el 50 por ciento de estos jóvenes que estarán recibiendo capacitación en este programa se incorporan al sector productivo formal en los próximos seis meses, sería potencialmente una de las contribuciones más exitosas de este gobierno federal. Sin embargo y de acuerdo con el presupuesto de 44 mil millones de pesos que el presidente destinó a este programa, alcanza para menos de la mitad de los jóvenes que se quieren atender en un año.
Nuevas preguntas surgen ¿qué pasará el año siguiente? ¿habrá nuevo presupuesto? ¿cómo asegurarse que el programa es exitoso? ¿cómo saber que el recurso se está enfocando de manera adecuada? Creo que tenemos más preguntas que respuestas. Pero sin duda, hay proyectos que pueden dar luz, uno de ellos es el proyecto para diseñar e implementar políticas públicas que contribuyan a reducir la desigualdad social entre jóvenes a través de la economía digital, proyecto realizado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad México. Por razones de espacio, sobre esto platicaré en la siguiente semana.
El autor es Decano de la Región Norte de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, del Tec de Monterrey.
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