Inicio México Entendiendo el significado y las consecuencias de un “déficit comercial”

Entendiendo el significado y las consecuencias de un “déficit comercial”

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Marco Pérez ValtierFuente: Féliz Vásquez

La animadversión que ha mostrado el Presidente estadounidense, Donald Trump, hacia el déficit comercial que tiene Estados Unidos, particularmente con nuestro país, y su deseo de reducirlo e incluso revertirlo, ha sido duramente criticado, recientemente en la mini cumbre económica celebrada el pasado fin de semana en el pueblito de Álamos, Sonora, en esta ocasión por una oscura economista transgénero de nombre Deirdre Mc Closkey, (que antes se llamaba Donald) haciendo burla de que SU déficit comercial con la tienda de la esquina es de CIEN POR CIENTO, y que eso la tiene sin cuidado!!

Esto es así, porque ella (o Él) le compra a la tienda de conveniencia, pero NO le vende NADA, de ahí que tenga un DÉFICIT comercial con ese establecimiento, pero obviamente que también lo tiene con el carnicero, con el panadero, con el lechero, y en general, con TODOS los comercios y los negocios donde adquiere bienes y servicios, pero NO les vende nada a ellos.

Obviamente, sobre simplificar así un concepto como el déficit comercial, más que parecer brillantemente sarcástico, denota una pobre calificación en materia de comercio exterior, y en general un escaso conocimiento de la ciencia económica.

La distribución del trabajo en todas las economías, nos permite dedicarnos o especializarnos en una actividad productiva, y a través de la “venta” de nuestros bienes o servicios, obtenemos el dinero que requerimos para adquirir todos los satisfactores que necesitamos, sin necesidad de producirlos nosotros mismos.

En la ausencia de papel moneda y de comercio, cada uno de nosotros tendría que cosechar sus vegetales, criar su ganado, fabricar su ropa y su calzado, etc., etc., lo cual sería simplemente ineficiente y absurdo, por lo que es la especialización y el comercio lo que nos permite dedicarnos a la actividad productiva que mejor podemos hacer, y “comerciar” con los demás para adquirir los bienes y servicios que necesitamos.

Obviamente, seremos deficitarios al cien por ciento con TODOS aquellos a los que les compramos bienes y servicios, y no les vendemos nada, pero NECESARIAMENTE tenemos que ser SUPERAVITARIOS con alguien más (con quien adquiere nuestros bienes y servicios) pues de otra manera NO TENDRÍAMOS DINERO PARA PAGAR nuestro déficit comercial con los demás.

Es decir, tener déficit con el carnicero y con el lechero, no me preocupa mientras tenga DINERO para pagarles, o sea, mientras venda o exporte lo suficiente para pagar mis importaciones o mis compras, y mi balanza personal esté en equilibrio.

Si usted GASTA más de lo que GANA, (importa más de lo que exporta) entonces usted tiene un DÉFICIT y está en problemas, porque necesita DINERO para cubrir su exceso de gasto, y debe recurrir al CRÉDITO.

Lo ideal, por supuesto, es que usted genere ingreso suficiente para pagar sus compras y no tenga que “endeudarse” para comer, y mejor aún, que le sobre dinero para “ahorrar” algo, es decir, que tenga SUPERAVIT, y no DÉFICIT.

A nivel país, un déficit comercial significa que los bienes y servicios que se compran en el exterior, son superiores a los que se exportan, lo que incrementa la disponibilidad de bienes y servicios en el país deficitario, pero que debe ser pagada con divisas de su banco central o con endeudamiento.

Sin embargo, en el caso del déficit comercial de los EUA, (y quizás es lo que no le han explicado bien a Trump), ese déficit es pagado con DOLARES, que ellos mismos imprimen, es decir, con PAPEL y TINTA, y ésta ha sido la historia desde el fin de la segunda guerra mundial, ya que precisamente ese fue su “Botín” de guerra, hacer del dólar la moneda de curso legal para pagar el comercio mundial y servir de “Reserva” para los bancos centrales, y a cambio de papel y tinta han obtenido bienes y servicios de todo el mundo.

Como vemos, el satanizado déficit comercial no ha sido tan malo para EUA.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados. [email protected]

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.