El presidente Recep Tayyip Erdogan adquirió una amplia ventaja el domingo en su intento por continuar en el poder, luego que los resultados parciales reportados por una agencia local lo mostraban con más del 50% de los votos, suficientes para evitar una segunda vuelta.
Mucho está en juego en las elecciones presidenciales y parlamentarias de Turquía, en las cuales Erdogan podría consolidar su poder o ver limitada su vasta ambición política. La votación pondrá fin a la transición de Turquía de un sistema parlamentario a uno ejecutivo encabezado por el presidente, lo cual fue aprobado el año pasado en un referendo.
Para ganar la presidencia directamente, Erdogan, de 64 años, necesita más del 50 por ciento de los votos si es que quiere evitar una segunda vuelta el 8 de julio.
Con casi 80 por ciento de los sufragios contados, Erdogan tenía el 54.3 por ciento, mientras que su principal rival Muharrem Ince sumaba 29.9 por ciento, según la agencia oficial Anadolu. El candidato curdo Selahattin Demirtas, quien dirigió su campaña desde la cárcel donde está por cargos relacionados a terrorismo, sumaba 7.2 por ciento. Él ha dicho que los cargos son inventados y tienen motivaciones políticas.
En la elección parlamentaria, con el 74 por ciento de los votos contados, la Alianza Popular de Erdogan, que incluye a su partido, Justicia y Desarrollo (AKP), y a un pequeño partido nacionalista, tenía 55.7 por ciento, mientras que el opositor Alianza de la Nación, integrado por nacionalistas, laicos y un pequeño partido de inclinación islámica, tenía 32.9 por ciento.
El Partido Democrático del Pueblo, pro-curdo, apenas superaba el umbral mínimo del 10 por ciento para formar parte del parlamento, con 10.15 por ciento. Si ese partido logra integrarse al cuerpo legislativo, podría reducir la cantidad de escaños que la alianza de Erdogan controlará, lo que pondría en peligro la mayoría parlamentaria que él desea.
Erdogan busca reelegirse por un periodo de cinco años y amasar más poder bajo el nuevo sistema, que él insiste traerá estabilidad y prosperidad a Turquía, especialmente tras un conato de golpe de Estado en el 2016 que ha dejado al país bajo estado de emergencia. Su partido también espera retener su mayoría en el parlamento.
Ince, quien habló luego que los centros de votación cerraron, advirtió a los funcionarios públicos involucrados en la elección que hicieran su trabajo «apegándose a la ley» y sin temor, insinuando que estaban siendo presionados por el gobierno. Pidió a todos los turcos que estén alertas en los centros de votación y que no se «desmoralicen» por lo que calificó de posible manipulación de noticias.
Erdogan, quien ha estado en el poder desde el 2003, ha enfrentado una oposición más robusta y unida que nunca antes.
