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Esta es la postura de México en la Organización de Estados Americanos sobre los hechos en Bolivia

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, llegó a México esta mañana en el avión de la Fuerza Aérea Mexicana, luego de haber denunciado un golpe de Estado en esa nación tras las polémicas elecciones del 20 de octubre.

¿Cuál es la postura de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA) al respecto? Aquí te dejamos la posición del país, según Luz Elena Baños Rivas,
embajadora representante permanente de México ante la OEA.

-México externa su seria preocupación ante el grave quebrantamiento del
orden constitucional en Bolivia, en
donde ha sucedido un golpe de Estado.

-Consideramos que las presiones que Evo Morales recibió por parte de las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del país
configuran elementos de un escenario de golpe de Estado, lo que México
rechaza categóricamente.

-Tenemos una alta responsabilidad de
acompañar a Bolivia en estos momentos de profunda crisis,
de manera objetiva, responsable y respetuosa de su soberanía y su
autodeterminación, sin tentaciones de intervención.

-Deben quedar atrás los
días aciagos y dolorosos donde las fuerzas armadas deponían y sostenían
gobiernos.

-México reivindica y demanda el respeto del orden constitucional y de la
democracia en Bolivia.

-Coincidimos con los establecido en la Carta Democrática
Interamericana:

La subordinación constitucional de todas las instituciones del
Estado a la autoridad civil legalmente constituida, y el respeto al Estado de
Derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son fundamentales
para la democracia.

-El expresidente Morales renunció en aras de pacificar a su país y poner un
alto a la violencia que venía incrementándose en los últimos días, y que
lamentablemente aún no ha cesado.

-México respeta esa decisión y espera que así se evite la continuidad de la
confrontación y la violencia, y se garantice el efectivo derecho del pueblo
boliviano a la paz y el ejercicio de su democracia.

-Rechazamos la violencia. Deben evitarse mayores
años y posibles pérdidas de vidas humanas.

-De conformidad con su tradición de asilo y no intervención, México ha recibido a un grupo de personas del ejecutivo y
legislativo de Bolivia en su sede diplomática en La Paz.

– Decidimos apoyar soberanamente conceder asilo político al expresidente Evo
Morales, cuya vida y seguridad se encontraban en riesgo derivado de las
manifestaciones de violencia en su contra.

-Hemos procedido primordialmente por razones
humanitarias, de acuerdo con el derecho internacional y nuestro propio marco
constitucional, conforme lo disponen nuestros ordenamientos internos y
nuestros compromisos internacionales.

-Actuamos en congruencia con
‘nuestra orgullosa tradición’ diplomática de apoyo y protección a los
perseguidos políticos en el mundo.

-La institución del asilo diplomático
es una figura señera y entrañable de la historia diplomática mexicana que hoy
se reafirma por razones humanitarias y de protección a los bolivianos.

– Tenemos una obligación
ineludible basada en nuestra historia: otorgar protección a las personas que así
lo solicitan por sentirse amenazadas, tal y como lo establece la Convención
Interamericana sobre Asilo Diplomático y la Convención de Montevideo sobre
Asilo Político.

-México agradece cumplidamente la confianza depositada en su
momento en nuestro Gobierno para acompañar a Bolivia, junto con otras
naciones, en la valoración de su proceso democrático.

Después de 13 años en el poder, Evo Morales presentó su renuncia a la Presidencia de Bolivia luego de que el general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, pidiera esta acción en aras de lograr la pacificación del país.

Tras presentar su renuncia, Morales denunció que había una orden de aprehensión ‘ilegal’ en su contra y que tanto su domicilio como el de familiares habían sido atacados.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó la acción de Morales como «responsable» pues con ello evitó «exponer a su pueblo a la violencia».

Previamente, Morales había convocado a nuevas elecciones, posteriormente de que la auditoría realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró una serie de irregularidades en los comicios presidenciales del 20 de octubre pasado.

Por ello, el organismo señaló que «no podía garantizar la integridad de los datos y dar certeza de los resultados».