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¿Estudiaste comunicación? Prueba ser freelance

Si posees la habilidad de comunicarte a través de la escritura, palabra o de forma visual y te gusta trabajar desde casa y ser tu propio jefe, eres el candidato perfecto para ofrecer tus servicios como freelance a las ‘startups’, así como a pequeñas y medianas empresas (Pymes) de hasta 50 empleados.

De acuerdo con la red de trabajo digital Workana, este perfil profesional es el más solicitado por las empresas que han decidido eliminar las barreras convencionales de contratación y apostar por emprendedores independientes, mientras que en segundo lugar están los vinculados con desarrollo de sitios web o programación.

“Las empresas encuentran en los freelancers una guía que les mejore su fuerza de venta, que les dé mayor flexibilidad y a un precio menor, comparado con las agencias”, dijo Guillermo Bracciaforte, cofundador de Workana.

El interés por parte de los millennials en estas áreas también se ve reflejado en Freelancer.com.

Sebastián Siseles, director internacional de la plataforma, coincidió en que el crecimiento es sostenido en los trabajos relacionados con marketing digital, traducciones, comunicación (contenidos, artículos académicos o de investigación) y diseño gráfico.

“En el primer cuatrimestre de 2018, de 415 mil trabajos publicados, los freelancers que se dedican a la creación de contenido siguieron liderando el ranking”, dijo.

Los retos

Ser freelance no implica sólo tener la habilidad o conocimiento de alguna actividad, requiere la capacidad de conseguir clientes y saber relacionarte con ellos, y lo más importante, saber cómo y cuánto cobrar.

Workana desarrolló una calculadora freelance para computar el valor hora e incluye horas no facturables, es decir, desde que envías la propuesta hasta el tiempo que te tardarías generando la factura a tu cliente.

Considera los siguientes aspectos para hacerlo de forma eficaz:

– El comienzo de todo freelancer es duro: primero está el reto de desarrollar una cartera de clientes, generar confianza y comunicarte con ellos de forma constante y asertiva.

– Cerrado el negocio, comprende que habrá meses de buenos ingresos y periodos en los que no será así, por ende, la recomendación es no aumentar automáticamente tus gastos.

– El paso final es saber cuánto volumen de trabajo aceptar sin perder la calidad, fallar en los tiempos de entrega o tener que subcontratar.