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EU probará nueva tecnología armamentista tras fin de tratado con Rusia

Estados Unidos planea probar dentro de poco una nueva tecnología de misiles que habría infringido un tratado con Rusia que expiró este viernes, señalaron altos funcionarios del gobierno.

Washington y Moscú abandonaron el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por sus siglas en inglés), que firmaron el presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijaíl Gorbachov en 1987, lo que generó temores de una nueva carrera armamentista.

El presidente Donald Trump anunció en 2018 el retiro de Estados Unidos (EU) del Tratado INF tras acusar a Rusia de desarrollar y desplegar un arma que violaba el pacto. EU suspendió formalmente su participación en febrero, iniciando una cuenta regresiva de seis meses hasta el fin del tratado.

La retirada del país norteamericano es oficial a partir de este viernes, declaró el secretario de Estado de EU, Michael Pompeo, quien agregó en una declaración que Rusia tiene un largo historial de incumplimientos y «es el único responsable del fin del tratado«. La violación rusa del Tratado INF plantea «riesgos significativos» para la seguridad de los Estados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que «responderá de manera mesurada y responsable», según un comunicado.

El presidente ruso, Vladimir Putin, rechaza la acusación y retiró a su país del tratado el mes pasado en represalia por la decisión de EU. Rusia tiene preparada una respuesta al retiro estadounidense, aseguró el viernes Vladimir Shamanov, presidente de la comisión de defensa de la Cámara Baja del Parlamento, informó el servicio de noticias Interfax.

Funcionarios estadounidenses afirmaron que el Kremlin ya ha desplegado armas en Rusia occidental capaces de atacar objetivos en cualquier parte de Europa occidental, pasando por encima del tratado. Añadieron que Rusia ignoró múltiples advertencias sobre su incumplimiento del pacto.

En comparación, EU está a años de tener un misil desplegable de alcance intermedio y solo planea probar un arma convencional, no nuclear, aclararon los funcionarios.

«Veremos qué sucede», respondió Trump a los periodistas el jueves después de que se le preguntara sobre el vencimiento del tratado. «Diré que a Rusia le gustaría hacer algo sobre un tratado nuclear y eso está bien para mí».

Sin embargo, hay una decreto emitido el jueves por el presidente estadounidense que dificultará aún más la normalización de las relaciones bilaterales.

Y es que Donald Trump impuso nuevas sanciones a Rusia en relación con el envenenamiento en 2018 de un exespía ruso y su hija.

El decreto prohíbe a las instituciones financieras globales otorgar préstamos y dar otro tipo de ayuda a Rusia, a la vez que prohíbe a los bancos estadounidenses otorgar ciertos tipos de préstamos al gobierno ruso.

El exespía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados con la neurotoxina militar novichok en marzo de 2018 en Salisbury, Inglaterra. Ambos sobrevivieron, pero al menos otras tres personas se enfermaron y una de ellas, Dawn Sturgess, murió.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg culpó a Rusia por lo que calificó de reiteradas violaciones flagrantes del tratado.

Los 29 miembros de la alianza «lamentan que Rusia no se mostrara dispuesta ni tomara medidas para cumplir sus obligaciones internacionales», dijo Stoltenberg.

Pero Estados Unidos considera que el fin del tratado tiene un aspecto positivo. Desde hace años, Washington se queja de que las reglas de juego del control armamentista son injustas. Las autoridades estadounidenses sostuvieron que no sólo Rusia fabricaba armas prohibidas, sino también China producía armas no conformes con el tratado, con lo que sólo Estados Unidos cumplía el pacto anticuado.

Ahora, Estados Unidos tiene libertad para fabricar sistemas armamentistas antes prohibidos. Está planeando el vuelo de ensayo de una de esas armas en las próximas semanas, de acuerdo con un alto funcionario del gobierno que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a hacerlo públicamente.

El presupuesto actual del Pentágono incluye 48 millones de dólares para investigaciones sobre posibles respuestas militares a violaciones rusas del tratado INF, pero las opciones no incluyen un misil nuclear.