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Evo Morales pide diálogo con la oposición tras amotinamiento de la policía

Evo Morales llamó este sábado a un diálogo político para superar semanas de violentas protestas en las calles contra los resultados de una disputada elección presidencial, a las que se sumaron policías con demandas salariales. Estos dejaron la custodia de la casa de Gobierno en La Paz en señal de descontento.

El mandatario formuló su convocatoria a los cuatro partidos que resultaron con mayor votación en los recientes comicios,“con agenda abierta para pacificar Bolivia”, al tiempo en que pidió a la comunidad internacional acompañar el proceso.

La declaración de prensa la hizo desde un aeropuerto militar en La Paz poco después de que la guardia policial abandonase la protección de la casa presidencial en medio de un motín de policías en varias ciudades, que tensó aún más la crisis y los esfuerzos del presidente de estabilizar la nación.

El pedido de diálogo también ocurre en momentos en que la Organización de Estados Americanos (OEA) realiza una auditoría electoral a los comicios a pedido del Gobierno y ante sospechas de fraude por parte de la oposición. El resultado del informe se conocería la próxima semana.

El llamado del mandatario, empero, fue rechazado por los políticos y por el movimiento cívico opositor que lidera las protestas sociales en todo el país, con las que exigen la renuncia del gobernante y nuevas elecciones.

“No tengo nada que negociar con Evo Morales, quien ha perdido todo vínculo con la realidad”, aseguró el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios presidenciales del 20 de octubre y abanderado por la alianza centrista Comunidad Ciudadana (CC).

Por otra parte, el líder cívico Luis Fernando Camacho, quien encabeza las protestas sociales contra Morales, apuntó que el mandatario “está buscando salidas, cuando la gente reclama su renuncia y la convocatoria a nuevas elecciones”.

La tropa policial en las tres ciudades más importantes de Bolivia se replegó a sus cuarteles y en dos de ellas se amotinaron en abierto desafío al Gobierno.

En la Paz, se observó a policías trepados sobre la azotea de una estación cercana a la casa de Gobierno con banderas nacionales y con letreros en que se leía “La policía con el pueblo”.

“La policía no se debe a ningún partido político, por eso se suma a la lucha del pueblo”, declaró un policía con el rostro cubierto al leer un manifiesto frente al lugar, en el que no se encontraba el presidente.

En Santa Cruz, bastión opositor, los agentes amotinados salieron en marcha a las calles secundados por cientos de manifestantes opositores.

“Estamos movilizados por 17 días, hasta ahora hemos mirado de palco (el conflicto social), no queremos ser indiferentes, la policía se suma a su pueblo”, mencionó un policía tras la marcha de sus camaradas hasta la plaza principal de Santa Cruz, mientras cientos de ciudadanos y activistas los ovacionaban.

Desde que estalló la crisis, los accesos al palacio presidencial estaban cerrados por un fuerte cerco policial y fueron escenario de choques cotidianos con opositores, pero este sábado, a pesar de la ausencia de los agentes, manifestantes custodiaban los alrededores de la casa de Gobierno para evitar desbordes.

Morales volvió a señalar este sábado que “está en marcha un golpe de Estado con la arremetida de grupos violentos antidemocráticos”, por lo que llamó a sus bases a “movilizarse para defender la patria y el voto”.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman, indicó que no intervendrían en la crisis y aseguró que tratarán de garantizar la convivencia en el agitado país.

“Nunca nos enfrentaremos con el pueblo con el que vivimos. Este es un problema político y debe ser solucionado en ese marco”, señaló.

Esta crisis representa el momento más complicado para Morales en sus 14 años en el poder, de acuerdo con el analista Jorge Dulón, profesor en la Universidad Católica Bolivariana en La Paz.

La situación “podría tornarse más complicada, si no da buenas señales al país”, agregó para The Associated Press.

Desde que estalló la crisis tras los comicios del 20 de octubre, tres opositores han muertos en violentos enfrentamientos callejeros con seguidores del mandatario y más de cien resultaron heridos.

Los manifestantes que piden la renuncia de Morales y nuevas elecciones optaron desde la noche del viernes por no enfrentarse con la policía y, por el contrario, decidieron alentarlos y llevarles alimentos.

Los amotinados policías reclaman mejoras salariales, mejores condiciones de trabajo y la renuncia de su comandante. En uno de sus pedidos demandan “independencia política para no ser instrumento de ningún Gobierno”.

En tanto, Morales llamó a los policías a “preservar la seguridad” del país y a cumplir las normas.

El mandatario descartó su renuncia, rechazando las acusaciones de fraude, por lo que pidió a la OEA hacer la auditoría de los votos. La oposición rechaza esa revisión ante la sospecha de que avale el resultado que favorece al mandatario que lleva casi 14 años en el poder y busca un cuarto término.

Mesa también ha rechazado las acusaciones de golpe de Estado de Morales y ha dicho que el Gobierno “está dando la espalda a una solución pacífica que está en sus manos”.

“Es el Gobierno que está condenando y está arrastrando al país a una salida desastrosa”, advirtió.

Tras casi tres lustros en el gobierno, Morales llegó con la popularidad mermada a los comicios para optar por un cuarto mandato. Escándalos de corrupción, su afán de reelegirse a pesar de un referendo que le negó esa posibilidad y acusaciones de autoritarismo, debilitaron su capital político a pesar de su buena gestión económica que condujo al país andino hacia el crecimiento con baja inflación.