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Familia Empresaria: ¿Ya te hiciste un Check Up?

Rosa Nelly Trevinyo-RodríguezFuente: Cortesía

A lo largo de las últimas décadas, luego de observar y trabajar con múltiples familias empresarias de diversos ámbitos, sectores y países he llegado a la conclusión de que las familias empresarias que trascienden y logran perpetuar su patrimonio tienden a mostrar consistentemente, y a hacer cumplir en mayor o menor grado, 10 cualidades distintivas; las cuales son, sin lugar a dudas, indicadores clave del estado de salud familiar-empresarial. Estas 10 cualidades distintivas son:

1.- Compromiso: Hacen de su relación familiar una prioridad. Por ello, no sólo provocan “momentos” para compartir, sino que se comprometen (se obligan voluntariamente) a asistir, conocerse y muchas veces, a tolerarse, aceptarse y entenderse. Y es que, poseer negocios en conjunto no implica, de ninguna forma, unidad familiar y mucho menos, visión empresarial conjunta.

2.- Historia Compartida: Se dan a la tarea de recolectar, documentar e ilustrar la historia familiar-empresarial. Se documentan hechos significativos y se difunden—a hij@s, niet@s y parientes políticos—ritos de la vida familiar-empresarial, como por ejemplo: reglas no escritas, valores, filosofía… Si no sabes de dónde vienes, no sabes a dónde vas.

3.- Estima y Respeto: Tratan a los demás como les gustaría que los trataran a ellos. Usan—conscientemente—un lenguaje considerado y cuidan su expresión corporal. Se dan cuenta de que existen límites y jerarquías, que los gestos dicen, que las palabras hieren y que las bromas de mal gusto ofenden.

4.- Comunicación: Expresan abiertamente, y en los foros adecuados, los temas difíciles, mostrando la voluntad de solucionar sus diferencias. Y es que, no importa si molesta poco o mucho, el punto es que molesta,…y algo pequeño puede catalizar un gran problema.

5.- Escuchan Múltiples Consejos… Y los Siguen: Cultivan la disciplina de escuchar las opiniones de sus padres, herman@s, asesores de confianza; y de seguir consejos reiterados. Y es que, cuando casi todos “ven” lo mismo sobre un plan personal o profesional, algo de razón tendrán, ¿o no? La obstinación, el ego y la idea de que “me quieren imponer” arruinan proyectos.

6.- Comparten “Canales” y Generan Sinergia: Son conocedores de que la unidad hace la fuerza. Por ello, no sólo se dan (cada uno) a la tarea de compartir contactos e información relevante que pueda beneficiar a la familia en general o al patrimonio conjunto, sino que también promueven la responsabilidad personal de agregar valor; de generar sinergia. La exigencia es aportar al conjunto.

7.- Reportan sus Actividades y Piden Ayuda: Son conscientes de que trabajan por y para la familia (padres, herman@s, prim@s). En consecuencia, conocen la responsabilidad que tienen de compartir información, tomar decisiones conjuntas y pedir ayuda si la necesitan. Demuestran humildad.

8.- Confianza: Saben que pueden contar con ellos y con los otros. Creen firmemente en que si sale una buena oportunidad personal o profesional, todos los miembros de la familia la compartirán al colectivo.

9.- Aprendizaje Continuo y Colaborativo: Se educan, aprenden y re-aprenden juntos; se forman asiduamente como accionistas y gestores patrimoniales. Buscan la educación personal y profesional necesaria para entender y agregar valor; controlar el carácter; cambiar hábitos nocivos, etc.

10.- Resiliencia: Se unen ante la adversidad. Si la familia como conjunto no sale adelante, ni la empresa ni el patrimonio lo harán por sí solos.

Sólo un grupo reducido de familias empresarias logra poner por encina de sus diferencias personales el bien del patrimonio conjunto y trascender a través de las generaciones…

¿Es la suya una de ellas?

La autora es socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Petrolero y de Retail.

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