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Gasolinas: La Reforma Energética con AMLO

Fuente: Cortesía

Estimados lectores, acabamos de entrar a una era importante para nuestro país que seguramente quedará marcada en los libros de historia de México. A partir del pasado primero de Diciembre de este 2018, tomó posesión nuestro actual Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) después de dieciocho años de buscar la presidencia, y el cual, es considerado hoy por algunos analistas políticos, como el presidente con mayor poder desde los tiempos del priísmo.

La Reforma Energética fue un pilar importante durante su discurso de campaña y lo seguirá siendo durante su mandato. En ruedas de prensa pudimos escuchar su postura referente a cómo se ha llevado a cabo la Política Energética actual y a los pocos resultados que se han obtenido.

Después de cuatro años de la Reforma Energética, los resultados se han visto en un 40 por ciento más de importación de combustibles; en el 2014 se refinaban cerca del 53 por ciento de los combustibles en comparación con el consumo nacional y hoy en día ronda alrededor del 30 por ciento; la producción diaria de barriles de petróleo ha caído de 2 mil 400 a cerca de mil 800 y durante el sexenio de Peña Nieto se incrementó hasta en un 800 por ciento el “huachicoleo” o robo de combustible.

Sin embargo, como lo he comentado en otras publicaciones, la Reforma Energética en estos momentos es necesaria para el país.

La Reforma Energética, entre algunas de sus finalidades, busca generar competitividad, atraer inversiones para exploración y explotación de pozos y la creación de infraestructura de almacenamiento y logística para que ayude generar seguridad energética, la cual, no tenemos.

En los últimos años, hemos visto cómo diferentes estaciones de servicio en toda la república se han quedado con desabasto de producto, ya sea o porque no hay combustibles o porque tuvieron problemas logísticos en la entrega, como lo fue el caso de Tijuana hace unos días, lo anterior nos hace ver lo vulnerables que somos frente a cualquier eventualidad energética, afectando a empresas y comercios de todos los niveles y pudiendo evolucionar a un severo problema económico en el mediano y largo plazo, a lo cual considero no se le ha dado el nivel de importancia que se merece.

La realidad de PEMEX es que necesita de la inversión privada para prosperar, para que sea rentable, y si en algo estoy de acuerdo con el discurso del actual Presidente, es en que no se ha generado la inversión que se esperaba, pero también hay que ser conscientes de que para que se genere dicha inversión, tiene que haber un mensaje claro de certidumbre en el país, algo que se ha visto afectado por algunas de sus decisiones y discursos en los últimos meses. Esperemos que los tres años de tregua ofrecidos a las empresas que ganaron las licitaciones sean suficientes para que actúen de manera inteligente y unan recursos para poder generar resultados y así podamos ver beneficios.

Otro de los puntos que el actual gobierno debe de atacar es la corrupción energética que se vive diariamente y que implica toda la cadena de valor en el suministro de combustibles, desde el robo, la importación ilegal, la facturación de producto ilícito y hasta la compra de producto ilegal, que en la mayoría de los casos, se realiza con conciencia y cuyo costo en multas o penalizaciones es menor que los beneficios obtenidos.

Estimado lector, estamos enfrentando momentos interesantes, relevantes y críticos para nuestro país, es tiempo de que seamos estratégicos y generemos certidumbre desde todas las áreas para que consigamos los resultados trazados.

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El autor es Socio del área de Hidrocarburos y Director de Estrategias Comerciales del Despacho Elizondo Cantú SC. También es experto en la evaluación de proyectos y modelajes financieros.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.