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Guía ‘El Viajero’ de Ciudad de México

LA CIUDAD

Por algunas de las levantadas calles del centro histórico parece que no ha pasado el tiempo. Grandes edificios como el templo de San Hipólito, el convento de Santo Domingo, la iglesia de San Bernardo, el Palacio Nacional, el impresionante Palacio de Bellas Artes y la Catedral Metropolitana del Zócalo se entremezclan con tianguis (así es como se llama a los mercados en México) donde degustar todo tipo de delicias mexicanas, vendedores callejeros, músicos y un sinfín de personas que van y vienen por algunas de las calles más transitadas de la ciudad, como Francisco I. Madero o Isabel la Católica. La Torre Latinoamericana, uno de los iconos de la ciudad, inaugurada en 1956, sigue los movimientos de los más de veinte millones de personas que circulan diariamente por esta megaurbe, la mayor ciudad hispanohablante del mundo.

Ciudad de México, el antiguo D.F. (Distrito Federal), poco conserva ya de esa imagen de megalópolis inabarcable, sucia, peligrosa y poco apetecible para el turismo. Ahora es una parada obligatoria para todos los viajeros que pisan el país y se está convirtiendo (el proceso continúa) en uno de los núcleos culturales, artísticos y gastronómicos más importantes del continente americano. Muchos la consideran la capital de Latinoamérica,en buena parte gracias a las colonias (así se llaman aquí a los barrios) que, desde hace años, han liderado este cambio modernizador y, todo sea dicho, de revalorización inmobiliaria. Como la Condesa, con sus casas art decó, sus verdes parques (Parque México y Parque España), sus familias de treinteañeros, locales y foráneos, y sus restaurantes donde degustar lo mejor de la gastronomía mexicana e internacional; la Colonia Roma, con su Norte y su Sur, los cafés, las cervecerías, terrazas, tiendas de ropa alternativa, casas porfirianas, calles arboladas y animadas plazas, como Río de Janeiro y Luis Cabrera, y el barrio de Polanco, con algunos de los mejores restaurantes del mundo (como Pujol, a punto de renovarse y de abrir una nueva sede), importantes ejes comerciales como Presidente Masaryk, centro de las compras de lujo en la capital, y sus grandes edificios de oficinas. No obstante, más allá de estos referentes, iniciativas de todo tipo están abriéndose paso en otras zonas de la ciudad tradicionalmente residenciales, como la Juárez, la Doctores, San Rafael, Tabacalera o Santa María La Ribera. Desde nuevos restaurantes hasta galerías de arte, museos y cines.

Daniel Sambraus (Getty)‘);»>Una visitante en la Casa Azul de Frida Kahlo, en el barrio de Coyoacán.ampliar foto Una visitante en la Casa Azul de Frida Kahlo, en el barrio de Coyoacán. Getty

Pero no solo de hipsters vive Ciudad de México. Al sur, Coyoacán conserva el aire del pueblo que fue, con sus coloridas calles adoquinadas, sus plazas y mercados, y, por supuesto, el legado de Frida Kahlo y Diego Rivera. En esta zona se encuentra la famosa Casa Azul donde nació y murió la artista, y pasó muchos años de su vida junto a Rivera. También sureño, San Ángel es uno de los barrios mágicos de la urbe: aún conserva una muy buena representación de la arquitectura tradicional mexicana y ofrece algunos de los paseos más bonitos y relajados del DF. También al sur se encuentran el campus universitario de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), que cuenta con una biblioteca patrimonio mundial decorada por el artista mexicano Juan O’Gorman, así como con el Museo Anahuacalli, diseñado por Diego Rivera y con una imponente colección de arte precolombino.

La capital de México es también su gente; educada, con un acento musical que enseguida atrapa al viajero y siempre dispuesta a compartir unas chelas (cervezas), unos tacos y a bailar. La ciudad parece tener un hilo musical constante, de las canciones de banda a la cumbia o clásicos de Juan Gabriel.

Suaves y soleados inviernos (donde rara vez la temperatura baja de cinco grados), y lluviosos veranos (entre junio y octubre, el cielo parece romperse cada tarde, sobre las seis), son las dos estaciones en una ciudad que se encuentra a más de 2.200 metros de altura y donde muchos días uno siente que le falta el aire, algo a lo que no ayuda el tráfico incesante de uno de los puntos más congestionados del mundo.

Por último, la comida mexicana, declarada patrimonio inmaterial de la Unesco. Cocina fusión, mezcla de gastronomías mesomericanas con europeas, pero que conserva su tradición prehispánica como la base de su alimentación hoy en día. Tortillas, frijoles, arroz, aguacate y un sinfín de diferentes chiles están presentes, cocinados de diferentes formas, en la mayoría de platos tradicionales mexicanos. Una cocina muy diversa, que cuenta con platillos propios en cada región, como el mole poblano o la cochinita pibil yucateca. En la Ciudad de México hay lugar para todos ellos, y cada estado del país ve representados sus hitos culinarios en algún restaurante de la capital.

DORMIR

Cinco hoteles fabulosos

  • Downtown México (Isabel la Católica, 30). En esta casa colonial del siglo XVII se encuentra este hotel, del Grupo Habita, que mezcla elementos virreinales con el diseño más moderno. Tiene, además, un patio para desayunos y una terraza con piscina y unas vistas privilegiadas al centro histórico.
  • Condesa DF (Avenida Veracruz, 102). Uno de los hoteles de referencia hoy en día en la ciudad, ubicado al lado de Parque España, en un edificio de estilo neoclásico francés de 1928 de la colonia Condesa. Sus habitaciones, blancas impolutas, contrastan con los tonos verdes y azulados del patio, que le den un aire muy tropical.
  • Hotel Carlota (Río Amazonas, 73). En la colonia Cuauhtémoc, a unas manzanas del Paseo de la Reforma y del famoso Ángel de la Independencia se encuentra este hotel boutique, con poco más de 30 habitaciones y una de las piscinas más originales de la ciudad. Precio: desde 150 euros.
  • Hotel Room Mate Valentina (Amberes, 27). En la conocida como Zona Rosa, en la colonia Juárez (una de las más animadas de la ciudad, llena de bares y con ambiente mayoritariamente gay), se encuentra este hotel, de la cadena española Room Mate, que ofrece confort y precios más económicos a diez minutos del centro de la ciudad.
  • La Casona (Durango, 280). 29 lujosas habitaciones en una casa de la Roma Norte que ha sido catalogada como monumento artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Un alternativa más económica

  • Hostal Regina (5 de febrero, 53). Para mochileros, viajeros con ganas de entablar conversación y conocer gente, o simplemente para presupuestos más ajustados, este hostal de calle Regina, uno de los corredores gastronómicos y culturales más interesantes del centro histórico, en una excelente opción.

COMER

Cocina mexicana

Cocina internacional

  • Mog Bistró (Frontera, 168). Uno de los favoritos de los jóvenes chilangos, al menos eso indican las largas clolas que se forman cada fin de semana para conseguir una mesa. Un lugar muy agradable, con barras estilo japonés y en un espacio abierto, que ofrece platos nipones, chinos y thai.
  • Nadefo (Liverpool, 183). Si bien la comunidad china no tiene casi presencia en la ciudad, los coreanos ocupan parte de la colonia Juárez con un sinfín de restaurantes y pequeñas tiendas. Nadefo es uno de los más recomendables, por su galbi (carnes a la parrilla), sus sopas picantes con tofu y sus kimchis.
  • Cancino (Gobernador Rafael Rebollar, 95). Pizzas (para muchos, las mejores de la ciudad), pastas y paninis, entre otros, en un verde y acogedor espacio en la colonia San Miguel Chapultepec. Tienen también otras ubicaciones en la Roma y la colonia Juárez.
  • Merkavá (Amsterdam, 53). Uno de los recién llegados a la ciudad. Este restaurante de comida israelí emula las Hummusiyas (restaurantes especializados en hummus), y ofrece además platos como el kebab de cordero o la trucha al horno.
  • El 123 (Artículo, 123). Comida tailandesa en un antiguo almacén de periódicos, con una atmósfera totalmente vintage, que alberga también una tienda, una galería de arte y una panadería. ¿Quién da más?

LA NOCHE

En la ruta del mezcal

  • Taberna Luciferina (Lucerna, 34). Cartas que vienen dentro de libros antiguos, una increíble oferta de mixología, música relajada y buen ambiente. Todo esto, dentro de una casona de principios del siglo XX en la colonia Juárez.
  • Bósforo (Luis Moya, 31). Pequeño local que transmite a quien entra la sensación de haber descubierta un sitio que pocos conocen. Por suerte, aún conserva algo de ello. Música alternativa, a veces psicodélica, y una extensa carta de mezcales de diferentes partes del país. Una de las mejores opciones para empezar la noche en el centro histórico.
  • Mano Santa (Av. Insurgentes Sur, 219). Seguimos la ruta del mezcal en este concurrido bar en la Roma Norte, conocido por sus cócteles elaborados a base de la bebida de agave. Música indie y clásicos pop de los 60 cuando cae la noche. Recomendable llegar pronto para lograr un buen sitio.
  • UTA (Donceles, 58). Sin duda, uno de los locales más eclécticos de la ciudad. Un lugar para todo tipo de gente, sin prejuicios, ubicado en una antigua casa del centro con varias plantas y una terraza. Cada espacio tiene una música y una estética diferente, pasando de la música de los 80 al rock duro.
  • Cicatriz (Dinamarca, 44). Un recién llegado a esta zona de la colonia Juárez. Este bonito café ha querido dar vida a la Plaza Washington y lo está consiguiendo. Ofrece comida y café durante el día, y cócteles por la noche.

QUÉ HACER

Lugares (casi) secretos para el viajero