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Hacia la inclusión financiera

Jesús GarzaFuente: Cortesía

Según la última encuesta Nacional de Inclusión Financiera del INEGI realizada en noviembre de 2018, solamente el 68 por ciento de la población (54 millones de personas) está bancarizada, es decir, que cuentan con al menos un producto financiero. El 47 por ciento de la población adulta tiene una cuenta bancaria y el 67 por ciento de la población cuenta con algún tipo de seguro.

Por región, la del Noroeste presume el nivel más alto de bancarización, con el 82 por ciento, le sigue la zona Noreste del país con el 75 por ciento y después por la Ciudad de México con el 72 por ciento del total. Solo el 25 por ciento de la población cuenta con algún tipo de crédito y el 31 por ciento tiene una Afore.

En cuanto al uso de infraestructura financiera, el 35 por ciento de las personas bancarizadas utiliza los cajeros automáticos, el 34 por ciento las sucursales bancarias y el 32 por ciento establecimientos comerciales. Únicamente el 22 por ciento de la población bancarizada utiliza su celular para realizar transacciones bancarias. Cabe resaltar que más del 70 por ciento de la población cuenta con un teléfono móvil.

Así, existe una gran oportunidad de que el sector financiero crezca a través de las Fintech, empresas financieras tecnológicas, y el desarrollo de nuevas tecnologías y plataformas financieras.

Por otro lado, el nivel de informalidad de la población es de 57 por ciento del total, es decir, trabajadores que no pagan impuestos y no están dados de alta en el sistema de seguridad social. Con los nuevos apoyos sociales del gobierno federal existe la oportunidad de comenzar a bancarizar a esta población e inmediatamente formalizarlos al otorgarles un RFC. Las ventajas de bancarizar y formalizar a la población son muchas.

Primero, porque al bancarizarse las personas físicas y morales tienen acceso a nuevos productos como créditos, que les ayudan a resolver problemas de liquidez o de expansión de sus negocios. Según el Banco de México, las Pymes recurren a sus proveedores para financiamiento en lugar de utilizar el sector financiero. Segundo, porque la formalidad tiene remuneraciones mayores que el sector informal. Tercero, porque un aumento en el ahorro a través de mayores niveles de bancarización promoverá mayor inversión en el futuro, necesaria para detonar el crecimiento potencial de la economía. Asimismo, mayor uso del crédito también tendrá un efecto positivo en el crecimiento de la economía.

El autor es director general y fundador de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas en EGADE Business School. Cuenta con una maestría en Economía Financiera y doctorado en Finanzas, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.

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