Inicio México Hiram Peón: Autoritarismo, nueva forma de gobierno

Hiram Peón: Autoritarismo, nueva forma de gobierno

Hiram Peón Lara.Fuente: Cortesía

Termina un año de trabajo en el poder ejecutivo, o sea termina un año de AMLO en funciones. Los buenos resultados los presume con una campaña ininterrumpida de exposiciones, ante los medios, en sus conferencias mañaneras.

Pero independientemente de lo que diga el presidente López Obrador, los resultados y los errores están a la vista. No se pueden ocultar.

La incertidumbre en el crecimiento económico es un tema que duele a los inversionistas.

El combate a los grupos criminales es un fracaso que nos duele a todos los mexicanos.

La mala, deficiente, o espuria administración de los hospitales y el abasto de medicamentos, nos duele a todos los mexicanos inscritos en el IMSS, ISSSTE, y demás periféricos de los servicios de salud.

En fin, todos los errores cometidos por ignorancia, soberbia, o agendas ocultas, están a la vista.

Hasta Vargas Llosa, desde su natal Perú, se da cuenta de la agenda de nuestro presidente.

En opinión de Vargas Llosa estamos transitando de un estilo de dictadura perfecta, con cambios de gobernantes pero permanencia del partido hegemónico en el poder, a un estilo de dictadura unipersonal, al estilo de Maduro en Venezuela o de Evo Morales en Bolivia.

Una dictadura, que se esconde detrás de unas elecciones democráticas para modificar las estructuras a su conveniencia, una que capta las instituciones, que desmonta los mecanismos de contrapesos para garantizar la eliminación de la oposición en todos sus niveles.

El reparto del presupuesto en el que solo se beneficia los estados que administran sus gobernadores es una muestra más de su descarada intención electorera.

En los últimos 20 años los mexicanos habíamos avanzado en establecer un sistema de contrapesos que mantuviera un equilibrio entre el ejercicio del poder y la libertad ciudadana.

La limpieza electoral, el control de los gastos de los partidos, el combate a la corrupción, el observatorio ciudadano, la independencia y autonomía de los poderes, la independencia del gobierno del Banco de México, la figura del ombudsmanque luego se convierte en la comisión de derechos humanos, la obligación de declarar sus propiedades para todos los aspirantes a una posición de gobierno, entre otras.

Pues bien, el pasado domingo el presidente López Obrador refrendo su intención de desmantelar todo el sistema del estado mexicano, para asegurar que después de su gobierno sea imposible regresar al statu quo que detentaban “los neoliberales” en este país.

También el domingo pasado salieron a la calle cientos de miles de mexicanos a plantarle la cara a López Obrador y para mostrarle que su popularidad es un número falso de toda falsedad (como dicen mis amigos los abogados).

En Monterrey la marcha tuvo muchos temas, la mayoría contra el gobierno fallído del presidente López Obrador. Los manifestantes recorrieron las calles del centro de la ciudad en paz y sin desmanes de ningún tipo.

En una reciente reunión, con empresarios de la ciudad de México que tienen negocios en Monterrey y su área metropolitana, se cuestionaba, a los compañeros periodistas que asistimos, cuál era la percepción de los medios ante este fenómeno antropológico, político, social, económico, popular y populachero, que estamos viviendo en México.

Un fenómeno con todos sus aciertos y desaciertos.

La opinión se desvió por muchos rumbos pero el enfoque de verlo como una oportunidad, prevaleció.

Una oportunidad de reconstruir las instituciones de otra manera, con mayor fortaleza y con raíces más profundas en las necesidades del país.

El presidente López Obrador ofrece desmontar todas las instituciones para hacerlas a su imagen y semejanza, como hizo dios al hombre, según las escrituras del catolicismo. De la misma forma se están transformando las instituciones para hacerlas a su conveniencia, como un brazo más de su poder.

Así que el reto es empezar a crear las raíces de las instituciones que queremos los ciudadanos como protección para nuestros derechos y libertades.

Llego el momento de cuestionar todo. Por ejemplo: ¿son las cámaras el mejor tipo de organización para proteger e impulsar la libertad de emprender y buscar la simplificación de los procesos en la relación gobierno empresas?

¿Son los sindicatos patronales lo mejor para proteger el trabajo productivo y tomar la vanguardia en la lucha por el crecimiento y el desarrollo del país?

¿Cumple con la función de ombudsman la comisión de derechos humanos o debemos crear otra estructura que sea efectivamente un contrapeso de la fuerza del gobierno?

¿Debemos fortalecer la independencia del Banco de México en su tarea de buscar el equilibrio de las finanzas, el tipo de cambio y el nivel de inflación en el país?

Hay mucha tarea por hacer y se abren cauces para impulsar a nuestro país a nuevos derroteros, lejos del autoritarismo y el populismo que hoy nos amenazan.

Hasta la próxima.

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.

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