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Hong Kong vive bajo ‘un toque de queda’ por tensión y violencia en manifestaciones

El Metro de Hong Kong ha cerrado temprano durante más de una semana, cortando el principal modo de transporte para millones de residentes. Muchos ahora se preguntan cuánto durará.

Tras el vandalismo sin precedentes registrado la noche del 4 de octubre, cuando la Jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, prohibió el uso de máscaras, a través de una ley de emergencia que había sido utilizada por última vez en 1967, muchas estaciones resultaron afectadas. El operador ferroviario MTR cerró toda la red durante un día, por primera vez desde 2007, antes de reabrir gradualmente las estaciones dañadas.

MTR ha dicho que necesita más tiempo para reparar sus estaciones. Pero a medida que el servicio se reduce, los manifestantes han acusado a la compañía de ayudar a las autoridades a evitar nuevas manifestaciones. En declaraciones recientes, MTR ha citado una «evaluación conjunta de riesgos con otros departamentos gubernamentales relevantes» como una razón para los cierres.

«Hong Kong tiene un toque de queda», dijo un profesional médico de apellido Wong, cuyo viaje desde la ciudad de Kowloon a Tin Shui Wai, cerca de la frontera con China, le llevó 3.5 horas cuando un cierre le impidió tomar el Metro. «No se aplica por ley, sino por el monopolio del transporte», opinió.

Desde que comenzaron las protestas contra el control de China sobre Hong Kong a principios de junio, muchos residentes de la ciudad continuaron su vida cotidiana sin interrupciones, fuera de algunos inconvenientes durante los fines de semana. Pero la interrupción del Metro, el elemento vital de la ciudad, ha comenzado a alterar la vida en el centro financiero asiático.

El Metro transporta aproximadamente 5.9 millones de pasajeros diarios en una ciudad de alrededor de 7.5 millones. Aunque muchas estaciones han reabierto, todavía tienen daños importantes en escaleras mecánicas, torniquetes, cámaras de seguridad y máquinas expendedoras de boletos.

En una respuesta enviada por correo electrónico, la Oficina de Transporte y Vivienda de Hong Kong llamó al Metro «la columna vertebral de la red de transporte público de la ciudad» y «de suma importancia».

MTR «ha tomado todos los medios posibles para garantizar la seguridad ferroviaria mientras se esfuerza por mantener el servicio de trenes», dijo la oficina.

Numerosos eventos importantes, desde conferencias de inversión hasta conciertos, se han cancelado debido a las protestas, lo que llevó a la economía local a acercarse a la recesión. Es probable que Hong Kong permanezca tenso antes de una importante declaración política de Lam este miércoles, cuya popularidad está cerca de mínimos históricos.

La policía dijo que un dispositivo explosivo improvisado controlado por radio fue detonado el domingo por la noche cerca de un automóvil de la policía en un esfuerzo por «matar y dañar gravemente» a los oficiales, esta es la primera vez que se ha utilizado un dispositivo de este tipo desde que comenzaron los disturbios. Un manifestante también cortó en el cuello a un oficial de policía.

Los cierres tempranos del Metro y el aumento de la violencia han provocado que las cifras de manifestantes en las protestas recientes disminuyan, escribió este lunes Steve Vickers, exjefe de la Oficina de Inteligencia Criminal de la Policía Real de Hong Kong, en una evaluación de amenazas.

«El apoyo a los manifestantes e incluso a la violencia es fuerte en algunos sectores de la sociedad de Hong Kong, como el personal médico y otros profesionales, pero puede estar disminuyendo en un frente más amplio de trabajadores que ahora sufren los inconvenientes,», escribió Vickers, director ejecutivo de Steve Vickers and Associates, una consultora de riesgo político y corporativo.

Durante las primeras semanas y meses de las protestas, el transporte permaneció abierto en gran parte. El metro también brindó a los manifestantes una ruta eficiente hacia y desde las protestas.

Pero a medida que el Metro comenzó a permitir la presencia de la policía antidisturbios, los manifestantes comenzaron a atacar las estaciones de metro. Intentaron retrasar los vagones del metro y luego destrozaron algunas estaciones hasta el punto de que estas tuvieron que ser cerradas. La policía de Hong Kong también fue criticada por el Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos por disparar gases lacrimógenos dentro del área cerrada de una estación.

Bloomberg

Los cierres han contribuido a una recesión en los negocios de toda la ciudad. Aproximadamente 100 restaurantes se han visto obligados a cerrar durante los disturbios, dejando a unos 2 mil empleados sin trabajo, escribió el secretario de Finanzas de Hong Kong, Paul Chan, en una blog durante el fin de semana.

Bonnae Gokson, quien dirige el restaurante de lujo SEVVA en el último piso del Edificio del Príncipe en el distrito financiero central de Hong Kong, ha visto sufrir a su negocio. Después de una renovación de 1.3 millones de dólares, su restaurante reabrió unos días después de la peor violencia registrada el 1 de octubre, cuando un manifestante recibió un disparo por primera vez y la gente se quedó en casa.

Receintemente se vio solo a ocho clientes sentados en dicho restaurante de 22 mil pies cuadrados, que tiene un gran patio con vistas a los relucientes rascacielos y al emblemático puerto de Hong Kong. El horario reducido del metro, las constantes alertas móviles de la policía y una sensación general de malestar económico están alejando a las personas.

«Normalmente, te puedo decir que a esta hora, 4:30 pm (tiempo local), este lugar está lleno», dijo Bonnae Gokson. «¿Ves a alguien ahora?», añadió.

Las llegadas de turistas en agosto disminuyeron un 40 por ciento respecto al año anterior, la mayor disminución año tras año desde la epidemia de SARS en 2003, ya que las personas cancelan o revisan los planes de viaje.

Hong Hao, el estratega en jefe de Bocom International, dijo que las protestas interrumpen constantemente su horario de trabajo, lo que a menudo lo lleva a realizar entrevistas para la televisión en Causeway Bay o Wan Chai a última hora de la noche.

La tendencia de las protestas a intensificarse en la noche y el hecho de que los manifestantes atacan con frecuencia a las estaciones del metro son un gran inconveniente para él y sus colegas, dijo Hong, y señaló que los taxistas a veces se niegan a llevarlos.

«Cada vez que hay una protesta tenemos que cancelar los planes porque la situación puede ser bastante intensa», dijo Hong, quien ha vivido en la ciudad durante ocho años. “La gente tiene miedo», agregó.