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Inversión de la curva

Fuente: Cortesía

Se está presentando la inversión de la curva en los mercados de deuda que, más allá de los efectos en las tasas de corto plazo, cada vez que sucede se ha presentado una recesión.

La curva es la que se forma cuando se grafican los rendimientos de los instrumentos de deuda emitidos por los gobiernos, en este caso por el gobierno americano.

En Estados Unidos, los instrumentos de deuda que emite son a menos de un año, denominados Treasury Bills; a mediano plazo, de entre dos y diez años, equivalen a los Treasury Notes y de largo plazo (mas de 10 años) serían los Treasury Bonds. El bono de mayor plazo que se emite en forma regular por el gobierno americano tiene un vencimiento de 30 años y se le conoce como Long Bond, aunque se dejó de emitir por una temporada, ahora sigue.

Antes de pasar al análisis de dicha curva, veamos que instrumentos se emiten en México. Los Cetes, es decir, los Certificados de la Tesorería, (traducción literal de los Treasury bill), también son de menos de un año ya que tienen vencimientos normalmente de 28, 91, 182 y 364 días (aunque llegaron a emitirse hasta de dos años). Le siguen los Bondes D, con vencimientos de 3 y 5 años y tasas revisables y luego vendrían los Bonos a tasa fija, con vencimientos de 3, 5, 7,10, 20 y 30 años.

Vale la pena comentar que México es de los pocos países que emiten deuda a tasa fija a plazos tan largos. Eso sin contar el Bono Centenario, con vencimiento en el 2110 e inclusive una emisión de una perpetuidad por parte de PEMEX. Resulta simpático, por no decir otra cosa, que inversionistas tanto nacionales como extranjeros, crean en México e inviertan a tan largo plazo, en un país que, a decir de algunos, “se está cayendo a pedazos”.

Hay varias teorías que tratan de explicar el porque los instrumentos de largo plazo (aquí y en China) pagan tasas más altas que los de corto plazo -normalmente-. Las hay desde que explican que es porque se toma más riesgo de incumplimiento; porque existen clientes para cada plazo y la demanda natural hace que se comporten así; hasta modelos mucho más elaborados.

Sin embargo, el tema importante es el que la curva que “normalmente” es ascendente, en todo este año se había venido aplanado (pagando relativamente las mismas tasas nominales, los treasury bills que los notes y los bonds). Se está llegando a invertir, es decir, que las tasas de corto plazo nominales serían mayores a las de largo plazo. Esta semana, se presentó el efecto de que los bonos americanos de 5 años pagan menos que los de 2 años.

De nuevo, el problema es que cuando ha sucedido este “fenómeno” ha demostrado ser un predictor de recesiones de manera consistente. La recesión no entra inmediatamente, ocurre de 12 a 24 meses después. Por supuesto que ojalá que no pase, pero no podemos estar a expensas de buenos deseos ya que estamos hablando de la economía del país socio al que le vendemos algo así como el 85% de las exportaciones.

Con la falta de tino económico que el nuevo gobierno ha demostrado poco antes y ya en los escasos días de haber tomado posesión, así como con lo obcecado que están confirmando ser, no pinta nada bien el panorama económico de corto y mediano plazo. En el largo plazo, decía Keynes, todos estaremos muertos así que no importa como venga.

El autor es Doctor en Finanzas por la Universidad de Tulane; cuenta con la Maestría en Alta Dirección de Empresas, en el IPADE. Se desempeñó como Director General de entidades del área Internacional en Santander Serfin. Es Director del programa OneMBA.

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