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La chica en la telaraña: Cuando Lisbeth Salander conoció a la reina Isabel II

Stieg Larsson nos regaló una de las sagas de bestsellers más leídas y admiradas de los últimos tiempos: Millennium nos dio a la mejor (y tal vez) la primera antiheroína del siglo XXI: Lisbeth Salander. Mezcla de hacker, outcast y fragilidad, Lisbeth y su vida han sido llevadas encarnadas en la pantalla grande por Noomi Rapace en la versión sueca de Niels Arden Oplev y Daniel Alfredson y por Rooney Mara en el remake que hiciera David Fincher en 2011. Este año se suma a esta dupla Claire Foy en la nueva entrega de esta filmografía: La chica en la telaraña. (The Girl in the Spider’s Web).

En esta nueva entrega dirigida por el uruguayo Fede Álvarez (Don’t breathe), basada en el cuarto libro de la saga Lo que no te mata te hace más fuerte, ya escrito por David Lagercrantz, Lisbeth Salander vuelve como el ángel vengador de aquellas mujeres que son odiadas por los hombres. Con un exterior vulnerable pero con un alma de hierro, Lisbeth se ve envuelta en una conspiración en la que sorprendentemente hace su aparición su hermana Camilla (interpretada por Sylvia Hoeks), quien busca vengarse de su hermana por creer que ésta la abandonó cuando más la necesitaba.

En esta cinta claramente vemos hasta dónde llega el rango y talento actoral de Claire Foy: después de haber llevado sobre su cabeza la responsabilidad de encarnar a la reina Isabel II de Inglaterra, de quien todos (o casi todos) sabemos que es el epítome de la sobriedad inglesa, Foy intenta desmarcarse y se va al otro lado del espectro para dar vida a la antiheroína por excelencia. Foy hace un esfuerzo notable por desmarcase las Lisbeth de Noomi y Rooney y abrazar la oscuridad y la fragilidad del personaje de los libros, aunque se ubica más en el rango de una película de acción que de un thriller psicológico: aquí se ven explosiones, armas, persecuciones en moto y en coches y lagos congeladas a punto de quebrarse que a uno lo hacen contener el aliento.

Sin embargo, algo a lo largo de la película y de la actuación de Foy no termina de pegar, por así decirlo. Tan emblemático y reconocido fue su personaje en The Crown, que se llega a pensar por momentos que a Fox, por muy badass que intente ser, en algún momento invitará a todos a tomar el té o se quitará su ropa negra para ponerse falda,blusa y un collar de perlas para recibir a Winston Churchill o discutir con el príncipe Felipe.

No obstante, se le da el mérito a la actriz británica por buscar nuevos retos dramáticos e intentar ir más allá de los límites de un personaje anterior tan celebrado como la monarca británica. Salander debe estar más que confundida de tener a tantas mujeres tan diversas haciendo honor a su vida y su esfuerzo por acabar con aquellos hombres que no aman a las mujeres.