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La Cofece vs. demoras en el AICM

AICM

El otro día me tocó regresar a México en un vuelo nocturno. Aterrizamos a las cinco de la mañana. Salir del aeropuerto capitalino nos tomó sólo una hora. Digo sólo porque cuando me quejé de las enormes filas en migración –mexicanísima bienvenida a nacionales y extranjeros por igual–, dos amigos me contaron que a ellos les había ido peor.

Ambos viajaron en el red-eye de Nueva York a la Ciudad de México, pero lo hicieron por distintas aerolíneas: uno por Interjet (vuelo 2993) y el otro por Aeroméxico (vuelo 401). Es decir, tuvieron el mismo problema a pesar de llegar a terminales distintas del AICM. El caso es que al aterrizar, todos desmañados, estuvieron más de una hora sin que les dieran puerta de desembarque. Uno de mis amigos contó que el piloto incluso pidió a los pasajeros que usaran las redes sociales para quejarse del pésimo servicio del aeropuerto.

Es temporada vacacional y de lluvias. Anécdotas como éstas, y peores, seguro abundarán en estas fechas. Sin embargo, resignarse al mal servicio del AICM no es una opción porque sería tanto como validar a una administración aeroportuaria que tiene una filosofía de ‘lavarse’ las manos.

Si ustedes han viajado recientemente habrán visto que el director del aeropuerto, Alexandro Argudín, mandó colocar unas lonas por todo el aeropuerto en donde exponen “las causas” de las demoras en el AICM durante 2016. En esos carteles aseguran que 64 por ciento de las demoras son imputables a las líneas aéreas, 27 por ciento a condiciones climáticas, a la infraestructura aeroportuaria corresponde 9.0 por ciento y a la aviación oficial cero por ciento.

Son unos cracks estos chicos del aeropuerto, tienen la cara dura de poner mensajes como quien dice ‘querido pasajero, yo dirijo este negocio, pero si te va mal ve y quéjate, en nueve de cada diez ocasiones, con el clima o con la aerolínea, a mí, que me puso el gobierno en un organismo que tú mantienes con impuestos como el TUA, ni me mires’.

Sin embargo, ayer la Comisión Federal de Competencia Económica le enmendó la plana a Argudín. Este lunes, el Pleno de la Cofece resolvió que el AICM incurre en “la falta de normas consistentes o claras en la operación aeroportuaria, la ausencia de la aplicación efectiva de la normatividad vigente en relación con el mecanismo de asignación y supervisión de los horarios de despegue y aterrizaje, e infraestructura relacionada, así como la carencia de un procedimiento claro para que nuevas aerolíneas o las ya establecidas obtengan más horarios de aterrizaje o despegue”.

En un documento de siete cuartillas, dos de ellas correspondientes a un anexo con “medidas correctivas”, la Cofece señala que “al implementarse dichas medidas correctivas, las aerolíneas que operan en el AICM podrán cumplir sus obligaciones con los usuarios finales respecto al momento y forma del servicio comprometido, con lo cual disminuirán los tiempos de demoras”.

El documento subraya que los transportistas “no tienen claridad bajo qué criterios se realiza el cómputo de demoras imputables a las aerolíneas o a otras circunstancias”.

En resumen, la Cofece notificó ayer al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México que debe modificar las reglas de control de acceso y los horarios de aterrizaje y despegue, pues el acaparamiento de unas cuantas aerolíneas de los horarios va no sólo en detrimento de la competencia, sino que repercute en alteraciones en los horarios de las aerolíneas.

O sea, le pidieron al señor Argudín hacer su chamba, dejar de culpar al clima y meter en cintura a las aerolíneas. Dirigir, en pocas palabras.

Mañana les cuento otro caso del AICM.

Twitter: @SalCamarena

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