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La muerte de las trabas

Tecnología. Se debe contar con una app, operada por un auxiliar autorizado, para enviar el apoyo al aspirante independiente.

Hay varias cosas que hay que decir. No se trata solamente de mi carrera por subir a la boleta para las elecciones en 2018. Es algo mucho más importante: “el que hace la ley… hace la trampa”. El INE le está haciendo el juego al sistema que se niega a morir. ¿Cómo?

Muy sencillo. A la hora de diseñar al app que juntaría las firmas para apoyar a candidatos independientes, la diseñaron, no para invitar a un ejercicio de la democracia, más bien lo hicieron bajo un enredo de tramitocracia, que es una fórmula en la que se disfraza la intransigencia del grupo de poder que no está dispuesto a abrir el juego.

Si la app del INE se hizo con recursos públicos, no es el INE el que debe decidir si se abre a los ciudadanos, son los ciudadanos los que tienen hacia ella un derecho natural. En otras palabras, son ustedes y no ellos los que tendrán que tomar la decisión.

¿La quieren abierta o cerrada?

Si yo, en mi calidad de mexicano, quiero firmar y estoy en condiciones de hacerlo, nada debiera impedirlo.

Al tener la app condicionada a un código, lo que en realidad hace el INE es impedir que tu firma exprese un deseo para apoyar a cualquier aspirante.

Lo trascendental es el espíritu de la ley y no la letra que puede ser sujeta a interpretaciones, lo que provoca que los legisladores se equivoquen con frecuencia o conveniencia.

Una ley puede ser buena, aunque si no es aplicable de nada sirve y al no servir para su propósito se vuelve anticonstitucional o simplemente inconstitucional.

Si esto sucede, cualquier principio ciudadano debe ser salvaguardado por la Suprema Corte de Justicia y, en este caso, su sola intervención se justifica para que actué por encima del Tribunal Electoral, al ser la primera la máxima instancia jurídica en el país. Sin embargo, bien sabemos que es el TRIFE el único que puede resolver sobre asuntos electorales, pero aquí estamos hablando de garantías individuales.

Estrictamente, cualquier ciudadano debiera ser reconocible como candidato al puesto que le plazca en una elección. El derecho, como mexicano de votar y ser votado, se torció con la nueva ley electoral.

Si estas son las reglas que se diseñaron para el futuro electoral en México… no lo vemos mal, lo vemos cerrado, por los candados que han sellado las puertas a la participación unívoca, individual de cada mexicano.

Enorme problema, ya que habrá millones de potenciales demandas que se le podrán fincar, por mexicanos víctimas de esa obstrucción. ¡A los que detentan el poder!, no cometan ese error. Saldrá igual para los ciudadanos. Ya que acabaremos participando de lo que no se nos da un abierto acceso.

#FirmalaHistoria

Twitter: @PedroFerriz

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