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La propaganda mañanera

Enrique Silva TéllezFuente: Cortesía

Todos los días el presidente López Obrador da una conferencia de prensa. A diario, esté donde esté, aparece ante los medios para escuchar preguntas de parte de los periodistas, sin embargo no siempre para contestarlas.

El volumen de información que genera diariamente alcanza proporciones inexplicables. Es tal la obsesión por “comunicar”, que es necesario hacer un gran esfuerzo por atender a lo que dice, seleccionar, digerir y comprender lo que está comunicando. La variedad de asuntos y temas es abrumador.

Sin lugar a duda se trata de un ejercicio interesante. El esquema de salir a atender a la prensa todos los días en México, es innovador. Hay algo interesante que llama la atención, y es el hecho de que a través de dichas conferencias ha logrado ser quien establece la agenda, pero por otro lado, no alcanza a informar.

A pesar de que el formato de exposición es diario, está muy lejos de informar a la sociedad. Da la impresión que este gobierno está convirtiendo sus conferencias en una suerte de “talk show” político, en el que vemos emisiones llenas de anécdotas, ocurrencias, chistoretes y muy poca profundidad en asuntos que realmente requieren de investigación periodística.

Como dijo alguna ocasión Luis Carlos Ugalde, “las mañaneras sólo son un amplificador para que AMLO diga lo que quiere, en torno a tres temas de su discurso: combate a la corrupción, terminar con el neoliberalismo y hablar de los pobres”.

Estamos ante un esquema de propaganda, vestido de información, el cual propone temas y los va posicionando con juicios de valor, narrativas, supuestos complots y señalando a los enemigos de la 4T.

Lo que me parece interesante, por no decir que raro, es el hecho de que los medios sigan el juego. Como si no hubiese otra alternativa más que seguirlo. Entiendo que los medios acudan al llamado mañana a mañana, pero lo que es preocupante es que parezca que actúan como promotores de la comunicación gubernamental, eso realmente es perturbador.

Todos los días nos enteramos en boca del propio Presidente de las decisiones tomadas sin sustento “científico”, ya que para él, gobernar no tiene ciencia. Para desgracia del presidente López Obrador, el mundo globalizado sí exige algo de ciencia en la toma de decisiones. Particularmente aquellas en las que se compromete la salud, la seguridad, la economía y en general el bienestar de la población.

Lo mismo se anuncia la construcción de una refinería (aunque el mundo apunta para fuentes de energía limpias), que un aeropuerto (aunque el que se había iniciado ya tenía cerca del 60 por ciento de avance) o una línea de tren en el sur de México (sin estudios profundos de impacto ambiental).Todo desde la óptica de que hacer gobierno no tiene ciencia y que el Ejecutivo no es corrupto.

Estar enterado de los temas que ocupan la mente del presidente pasa por lo que se diga en las conferencias matutinas, y si alguno de los reporteros osa hacer preguntas demandando datos o pidiendo respuestas concretas entonces, “ya saben lo que les pasa” diría López Obrador. Tal y como le ocurrió a Jorge Ramos. Se le criticó y se le acosó de diversas maneras a través de las redes sociales. Solo por contradecir al Presidente respecto a los datos de inseguridad en México.

La propaganda mañanera del gobierno de AMLO está en marcha y afortunadamente ésta ofrece la oportunidad a la nueva generación de periodistas para establecer un nuevo balance entre el poder político y la sociedad. Aprovechemos la oportunidad. Evitemos que el presidente haga propaganda sin que le cuestionemos lo que dice.

El autor es Director de Focus Consulting Group y Presidente del Consejo de Ellas. ABP. Es analista de Asuntos Públicos y Opinión Pública, propietario de Vinos de Baja California y socio en EMC.

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