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La próxima recesión que viene

Fuente: Cortesía

Tanto empresas, personas y gobierno tenemos que estar preparados para los días lluviosos. En la medida que logremos robustecer nuestras fortalezas, cuidar los puntos flacos y prepararnos para situaciones negativas, las podremos enfrentar de mejor forma y evitar que las situaciones sean más dolorosas de lo que pueden ser.

El presente ciclo de crecimiento económico en Estados Unidos que se originó después de la crisis financiera del 2008 ya lleva alrededor de 110 meses. De acuerdo a la Oficina Nacional de Investigación Económica de USA (NBER) la última recesión finalizó en junio de 2009 y tuvo una duración de 18 meses.

Lo anterior lo traigo a colación ya que este último periodo expansivo lleva casi el doble de la duración promedio de este tipo de ciclo. De 1945 a 2009 la duración promedio de los ciclos de crecimiento económico ha sido de 58.4 meses y los recesivos de 11.1 meses.

Si nos vamos más atrás en la historia económica de Estados Unidos estos ciclos expansivos han durado menos que el periodo referido y los recesivos han sido mayores.

No lo quiero marear con números y estadísticas pero de 1854 a la fecha, aparte del actual ciclo expansivo sólo hay registro de dos casos con dimensión similar al actual, en los años sesentas y en los años noventa donde experimentamos la primera revolución tecnológica del internet y las telecomunicaciones.

En los últimos 12 meses la economía americana ha crecido en dos trimestres año a año muy por arriba de la tasa de crecimiento normal, es decir, aquella que va relacionada con la capacidad productiva sin generar inflación, estos registros han sido de tres por ciento y el último de 4.2 por ciento.

La tasa de desempleo actualmente ronda el 3.7 por ciento la cuál es la más baja en los últimos 49 años. Si vemos una gráfica histórica de este dato, vemos que una vez alcanzado niveles alrededor del cuatro por ciento siguieron la recesión de 2007-2009, la de 2001, la de 1969 a 1970 y la de 1953 a 1954.

Así mismo, el Banco Central de Estados Unidos (FED), empezó hace casi tres años un proceso gradual de subidas de tasas de interés de un nivel cercano a cero, a actualmente un rango de dos por ciento a 2.5 por ciento. Es posible que, cumpliendo su mandato de evitar o frenar cualquier problema de inflación producto del crecimiento de la economía americana, tenga que subir las tasas lo que resta de este año y el siguiente elevándola a un nivel cercano al cuatro por ciento.

Evidentemente estas alzas de interés combinadas con el comportamiento normal de todo ciclo económico combinando con cualquier evento geopolítico o guerra comercial, o cualquier evento de cualquier índole generarían, no sabría cuando, pero considero que más temprano que tarde, una recesión en nuestro vecino del norte.

En caso de esta situación, más vale que el gobierno entrante en mantenga la estabilidad económica del país de la que actualmente gozamos, se cuente con finanzas públicas sanas, y se respete la autonomía del Banco Central (Banxico), que valga decirlo ya ha hecho su trabajo (subiendo las tasas de interés) para enfrentar las contingencias financieras normales que ocurren cuando hay un evento recesivo en USA o el mundo.

Así mismo se debe estar en posición de usar medidas contra cíclicas, tanto monetarias (empezar a bajar tasas de un nivel alto) como fiscales, para esta última se necesita partir de superávits fiscal y controlados niveles de deuda pública, es decir, tener pólvora cuando se ocupe realmente, no usarla en artificios ni celebraciones.

Considerando que el empleador más grande del país y el principal inversionista en la economía mexicana es el sector privado (nacional y extranjero), es de importancia que el gobierno entrante provea de Estado de Derecho, certidumbre y confianza para atenuar los ciclos recesivos y potencializar los ciclos de crecimiento.

Sin duda, también en lo individual tenemos que prepararnos. Normalmente ocurren despidos en las empresas, recortes en gastos y freno de la actividad económica. Cuide su empleo, disminuya sus adeudos, posponga gastos innecesarios, cree un fondo de contingencia, mantenga sus seguros de vida y gastos médicos. Para su empresa, cuide a sus clientes, controle sus gastos y sea conservador en sus adeudos y planes de expansión. Como dicen por ahí “hombre precavido, vale por dos”.

El autor es profesor del Departamento Regional de Contabilidad y Finanzas.

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