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La triste historia de Morgan Stanley, sus inversionistas y la OPI de Uber

Los banqueros de inversión de Morgan Stanley cosecharán millones de dólares en comisiones por liderar la oferta pública inicial de Uber Technologies la semana pasada. Pero sus clientes ricos se enfrentan a pérdidas.

En 2016, la firma ofreció a su clientela de élite la oportunidad de ingresar temprano en la eventual inclusión en el mercado de Uber, mientras el banco de inversión recaudaba fondos privados para la plataforma de transporte. El viernes, las acciones cayeron más de 7 por ciento en su debut, dejando a esos primeros compradores entre la multitud de pérdidas, al menos por el momento.

Este lunes, en las operaciones de Wall Street, las acciones de la empresa bajan 10.18 por ciento, a 37.34 dólares, a las 11:30 horas de la Ciudad de México. En el día llegaron a caer hasta 17.6 por ciento, a 37.08 dólares.

Morgan Stanley ofreció a sus clientes de administración de patrimonio la oportunidad de invertir en Uber a través de un fondo denominado New Riders, de acuerdo con documentos vistos por Bloomberg.

Proporcionó exposición a Uber a un precio por acción de 48.77 dólares. Sus posiciones serían convertibles a acciones Clase A en la OPI. Los empleados de Morgan Stanley también tuvieron la oportunidad de invertir en términos similares, según los documentos.

La oportunidad no fue para los que simplemente estaban interesados: la inversión mínima era de 250 mil dólares. Morgan Stanley dijo que a los clientes se les podría cobrar hasta 2 por ciento del capital que invirtieran en el fondo. Y los documentos avaluaban a Uber en 62 mil 500 millones de dólares, un nivel llamado «razonable», dadas las ventajas competitivas y las perspectivas de crecimiento de Uber. El material continúa enumerando los factores de riesgo, incluidos los crecientes gastos operativos de Uber y los años de pérdidas.

No está claro cuánto contribuyeron los clientes ricos o los empleados a la recaudación de fondos. Una portavoz de Morgan Stanley declinó hacer comentarios para esta historia.

Vale la pena aclarar que el debut del viernes podría resultar ser una anomalía. La caída de las acciones a 41.57 dólares coincidió con una venta masiva en el mercado de valores en la mañana, un débil informe de ganancias del rival Lyft y las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China en problemas.

Aun así, la situación pone de relieve una tensión, dado que Morgan Stanley se apoya en sus relaciones con legiones de inversionistas ricos para proporcionar más fondos privados a las empresas de Silicon Valley, a fin de darles más tiempo para desarrollar sus negocios antes de salir a bolsa. En teoría, el acuerdo puede beneficiar a ambos grupos de clientes –y a los banqueros de inversión de Morgan Stanley, al otorgarles una ventaja en la competencia por los mandatos para manejar las OPI y otros servicios–.

Ahora, la OPI de Uber puede probar cómo reaccionan los clientes ricos si no les va tan bien.

La división de administración de patrimonio, liderada por Andy Saperstein, tiene un largo historial de ayudar a los clientes a apostar en el ascenso de las nuevas empresas de Silicon Valley. El gestor del fondo, Dennis Lynch, estuvo involucrado en las primeras apuestas de Morgan Stanley en Facebook y Twitter cuando aún eran privadas.

La destreza de Morgan Stanley en tales vínculos le ha ayudado a arrebatar los mandatos a sus rivales, incluido Goldman Sachs Group. En el caso de Uber, los ejecutivos sénior de Goldman Sachs iniciaron una relación temprana con los líderes de Uber e incluso tomaron una participación en la compañía cuando estaba despegando. En un momento dado, Goldman ofreció a sus clientes adinerados sus propias notas convertibles en acciones con descuento sobre el precio de la OPI, lo que les da una ventaja sobre otros futuros inversionistas.

Sin embargo, Morgan Stanley logró que su nombre apareciera primero en la OPI, un papel preciado en Wall Street.

Mientras tanto, los clientes acaudalados de Morgan Stanley no pueden hacer mucho más que esperar y esperar. Los documentos muestran que el fondo prohíbe deshacerse de las acciones de Uber durante 180 días a partir de la oferta.