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El crédito al sector privado en México actualmente se encuentra en niveles bajos comparados con sus pares latinoamericanos. En México, el crédito al sector privado entre el PIB se ubica en 36 por ciento, comparado con 60 por ciento en Brasil, 113 por ciento en Chile y 48 por ciento en Colombia (datos del FMI para 2017).
Según la teoría económica, una mayor penetración del crédito es importante para detonar el crecimiento económico. Lo anterior debido a que se reasignan los recursos que se ahorran (a cambio de un rendimiento) hacia sectores que los requieren para expandir su producción o inversión. Esto resulta en un aumento de la capacidad de producción del país y por ende exista una expansión de la economía potencial. Es decir, mayor penetración del crédito genera mayor crecimiento económico.
México ha sufrido varias décadas de una muy baja penetración de crédito al sector privado. En particular, a raíz de la crisis financiera de 1995, donde se adoptaron medidas más estrictas de regulación. Durante la primera mitad de la década de los 1990s existió un auge en el otorgamiento de crédito que en gran medida no fue supervisada correctamente. El colapso de la economía, aunada a una pobre regulación bancaria provocó que volviera a caer el crédito al sector privado. Después de la crisis financiera de 1995, el crédito se dirigió principalmente hacia el sector público y hacia los grandes corporativos. La Pymes, en cambio, sufrieron de una reducción en su financiamiento. Según datos del Banco de México, alrededor del 70 por ciento del financiamiento de las Pymes proviene de los proveedores.
La reciente reforma financiera de la administración anterior tuvo como principal enfoque incrementar la penetración del crédito al sector privado y fomentar la inclusión financiera. Desde 2012, el crédito al sector privado aumentó de 26 por ciento del PIB a 36 por ciento en 2018. Si bien aumentó la penetración del crédito en la economía, aún queda mucho por hacer.
Así, existe una gran área de oportunidad con el crecimiento de las Fintech. Si bien solo un tercio de la población del país cuenta con acceso a los servicios financieros, el 70 por ciento cuenta con un móvil. Es decir, existe una gran oportunidad de bancarizar a la población. En países como China y en muchos en Europa, los sistemas de pago están migrando de utilizar efectivo y tarjetas bancarias hacia un sistema de pagos inmediato utilizando medios como el teléfono móvil. Asimismo, las empresas de “crowdfunding” están modificando el modelo de negocios de la banca tradicional. Es decir, el intercambio inmediato entre los ahorradores hacia los prestatarios.
Así, las Fintech podrían tener un espacio muy importante para satisfacer las necesidades de financiamiento del país. Sobre todo, de las Pymes.
El autor es director general y fundador de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas en EGADE Business School. Cuenta con una maestría en Economía Financiera y doctorado en Finanzas, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.
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