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Las series que Latinoamérica ve en Netflix

Desde que sus comienzos como un videoclub en línea hace 20 años, Netflix ha sufrido distintas metamorfosis. Lejos han quedado sus inicios como una empresa que se dedicaba solo al alquiler y venta de DVDs. La compañía se ha transformado en uno de los gigantes del servicio de streaming, llegando a más de 100 millones de abonados –más del 50% fuera de Estados Unidos-, y ha modificado el modo en que las personas acceden a sus películas y series favoritas. Su catálogo llega a más de 190 países, cada uno diferente y diverso. Pero, ¿se puede conocer cuál es la producción televisiva favorita en cada país? Suena a una tarea titánica, pero la empresa estadounidense Highspeed Internet elaboró un informe en el que da a conocer cuáles son los shows favoritos en 91 naciones, 14 de ellas pertenecientes a Latinoamérica.

La principal motivación para realizar este trabajo, según explica Cosette Jarrett –coordinadora de extensión comunitaria de Highspeed Internet-, nació de una “idea divertida”: saber qué está viendo el mundo. Utilizaron el sitio Finder.com para identificar las series de Netflix disponibles en cada país. Ya con esos datos, se basaron en la información de Google Trends para identificar los nombres de los programas más buscados en cada país.

Los resultados que quedaron plasmados en el documento fueron una sorpresa para el equipo de Highspeed Internet. América Latina, como su cultura, es muy diversa en sus elecciones. En México, aún siete años después de su primera emisión, la telenovela Las Aparicio –la historia de un matriarcado perseguido por una singular maldición- se sitúa como la serie favorita. En territorios como Chile y Uruguay, la peripecia por convertirse en un capo de la metanfetamina del profesor de química Walter White, retratada en Breaking bad, es la predilecta.

Jesús Chavarría, crítico de cine de la revista Empire y de YouRocket, dice que el caso de Las Aparicio llama la atención. En especial considerando que su paso por la televisión pública se extendió por varios meses. Explica que la popularidad de esta telenovela se debe a que tiene una “excelente manufactura” e impulsa el empoderamiento femenino. “Estas mujeres no son las típicas protagonistas sufridas, son las que llevan las riendas. Es parte de una tendencia mundial con las mujeres tomando la palestra en roles protagónicos”, afirma Chavarría.

Para Jorge Cabrera, analista de contenidos y director editorial del grupo Mediatelecom, el éxito de Las Aparicio tiene que ver con el hecho de que no es una telenovela sencilla de cenicientas, sino que hay política, hay sexualidad, hay crímenes de forma más explícita y eso es lo que rompe con el molde. Un criterio similar se aplica a Breaking bad. Si bien la serie finalizó hace cuatro años, todavía puede ser exitosa en algunos países que por primera vez acceden a contenidos que antes estaban solo en algún servicio de televisión de paga, explica. “Los contenidos en Netflix suelen ser atractivos porque están lejos de la regulación. La televisión de paga es más estricta”, precisa Cabrera.

Chavarría dice que la elección de Los años maravillosos en Perú o Futurama en Bolivia son llamativas. En el primer caso, aduce que las ganas por revivir la historia de un niño en las turbulentas décadas de los sesenta y setenta, se deben a que la serie no tuvo tanta aceptación o no se transmitió en su momento. Cabrera afirma que se trata de un modelo de negocio: “Las productoras han descubierto que pueden tener ingresos de contenidos viejos, que ya son imposibles de retransmitir, si hay un público que quiere volver a redescubrirlos”.

La serie de animación ambientada en un futuro distópico, de la mente de Matt Groening –creador de Los Simpsons–, está dirigida a un público específico, casi como un contenido de culto, explica el crítico de Empire. “Tiene un humor que de repente puede ser muy descarado. Se mete con temas muy complicados, pero es mucho más digerible y accesible para todo público a comparación de South Park o Rick y Morti”, añade Chavarría.

En Argentina son seguidores de Gran Hotel, una producción española de época ambientada en 1905, que cuenta la historia de Julio Olmedo, un joven que llega al pueblo de Cantaloa en busca de su hermana desaparecida. Este resurgimiento es un fenómeno que se da 30 años después del éxito de series como Anillos de oro o Los gozos y las sombras. Entre las razones de este renacido interés por la ficción creada en España, están la calidad del producto y una combinación de actores de reconocida trayectoria junto a rostros jóvenes, según explica la periodista Silvina Lamazares en un artículo publicado en Clarín.

En cambio, en Brasil se decantan por Pretty Little Liars, la ficción destinada al público adolescente con una trama en la que prevalecen los chantajes, muertes, mentiras, engaños y peligros. En países como Guatemala y Venezuela, la historia de Pablo Escobar contada en Narcos y El Patrón del mal, respectivamente, mantiene una fuerte base de seguidores interesados por la vida del exlíder del cartel de Medellín. En Colombia no quieren saber del denominado zar de la cocaína, sin embargo, la producción favorita de la gente de ese país es la miniserie Carlos, inspirada en la vida del terrorista venezolano Ilich Ramírez.

El director editorial del grupo Mediatelecom dice que no existe un común denominador en cuanto a las elecciones de cada país. El crecimiento de las plataformas digitales aún está en desarrollo. La captación de más usuarios aún está condicionada a un mayor acceso a Internet de banda ancha, al incremento de la bancarización por parte de los usuarios y, por supuesto, a más contenidos atractivos.