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Los mexicanos no tenemos derecho a fallar

Fuente: Cortesía

“Podemos iniciar desde lo regional a lo nacional, ….para mí Monterrey es la sociedad más cercana donde yo puedo impactar…”¿Acaso el joven de la bicicleta sabía el impacto que iba a tener la frase “No tienes derecho a fallar” que le dijo al recién llegado presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO)? Seguro no lo sabía, pero fue suficiente para que nuestro presidente la mencionara y que terminara siendo una de las frases de mayor impacto de su primer discurso.

En el momento que escuché esa frase me quedó claro que era un mensaje no solo para el presidente, sino también para todo México. Siempre he creído que si un mexicano falla todos fallamos. Esto significa que lo mejor sucede cuando nos vemos unidos. Hoy, se vuelve relevante que nos comprometamos cada uno a hacer lo que nos toca, para que desde esa congruencia individual podamos co-crear un resultado coherente en lo colectivo.

Esto lo podemos iniciar desde lo regional a lo nacional, siendo por ejemplo para mí Monterrey la sociedad más cercana donde yo puedo impactar. Aquí tenemos retos diferentes que en otras regiones; incluyendo que estamos más alejados territorialmente del centro del país donde se viven distintos códigos culturales

Se escucha utópico el que se logre para todos, sin embargo existen estudios científicos donde nos proponen que para iniciar un cambio se requiere que al menos el 10 por ciento de las personas lo hagan de forma consciente. Una característica para que este grupo de cambio funcione en nuestro país, es que actúe desde la visión y aceptación clara de que todos somos un solo México, sin polarizar hacia ningún lado.

Hoy podríamos aceptar que los mexicanos no tenemos derecho a fallar de forma colectiva. Ya hemos fallado lo suficiente como para no darnos cuenta que nos toca resolverlo. Desde esta perspectiva a AMLO le toca ser el capitán de este barco llamado México, en el que todos somos tripulantes, tomando la responsabilidad y voluntad de liderar el viaje hacia un mejor destino para nuestro país con un propósito colectivo que no deje fuera a ningún mexicano.

Si la frase del ciclista la observamos aplicada en lo individual -como se lo dijo al presidente- tiene un contexto de confianza y compromiso. En otras palabras le dijo “te di mi confianza por lo tanto no me puedes fallar”. Esta es una oportunidad para el nuevo gobierno que puede aprovechar si la hace consciente y tiene la voluntad de cumplirla.

Por otro lado, si nos observamos desde esta perspectiva individual en auto-referencia, podremos saber cuánta confianza nos tenemos y qué compromiso existe de nuestra parte para no fallar de nuevo. El que sienta miedo o ganas de venganza y decida quedarse ahí, solo se convertirá en una carga para todos.

Si en este viaje los mexicanos no logramos construir desde lo individual una consciencia colectiva que nos permita redescubrir nuestros potenciales y aprovecharlos en conjunto, estaremos arriba del barco solo siguiendo lo que manda el capitán, y por supuesto, quejándonos de nuevo en lugar de aportar lo propio para conseguir que nuestro país llegue a su destino.

El primer paso que nos permite abrirnos a la consciencia es asumir la realidad. Ya estamos arriba del barco y ya tenemos al capitán. Es de cada uno decidir de forma consciente ser parte integral del viaje o dejar que nuestro ego nos ciegue inconscientemente para viajar simplemente como polizontes sin la oportunidad de disfrutarlo.

Estoy seguro que en el trayecto habrá tormentas y retos difíciles que sortear, y de acuerdo a como salgamos de esto será lo que nos dé el aprendizaje para obtener las coordenadas correctas al destino que queremos llegar. Está en todos la responsabilidad de no fallar.

El autor es emprendedor por más de 20 años en la industria de la consultoría y servicios. Hoy es asesor de Liderazgos públicos y privados dónde implementa el modelo y tecnología propia llamado Liderazgo Convergente. Influencer en temas de consciente e inconsciente colectivo.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.