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Los Sistemas de Seguridad Social en una Encrucijada

Fuente: Especial

Los Sistemas de Seguridad y Protección Social (SSPS) en todo el mundo donde existen corren peligro. Las causas son variadas: algunas bien conocidas y estudiadas, otras relativamente nuevas con efectos difíciles de dimensionar todavía. Lo que sí urge es un plan para contrarrestar los efectos adversos de las tendencias que amenazan la sostenibilidad de dichos sistemas. Antes de abordar este tema con mayor detalle, permítame unos comentarios acerca de los fundamentos de los SSPS en general.

Los SSPS existen por una sencilla razón: beneficiar a las personas cuyo ingreso se ve interrumpido por eventos (condiciones) económicos y/o sociales que la sociedad como un todo percibe como indeseables y cuya solución por lo general está fuera del control del partido afectado. Ejemplos sobran: desempleo, pobreza extrema, enfermedad física o mental, adicciones, incapacidad laboral, vejez, para mencionar algunos.

Una de las grandes ventajas del mecanismo de seguro en general es la sustancial reducción de reservas ($) necesarias para enfrentar los riesgos que nos amenazan. Lo que para un individuo o una empresa es altamente incierto, se vuelve muy predecible para un grupo grande; esto se conoce en estadística como la ley de los grandes números. La posibilidad de predecir con cierta precisión las potenciales pérdidas para un determinado período libera valiosos fondos para la inversión productiva lo cual, a su vez, reduce el costo de capital. Un ejemplo son los seguros de vida. Puedo comprar una póliza pagando una cantidad reducida cada mes. Si me pasa algo, mi familia está cubierto, mi hipoteca se elimina y, en general, tengo la tranquilidad de saber que mi familia está protegida.

Los SSPS también adoptan el mecanismo del seguro, pero, a diferencia de los seguros privados que se compran voluntariamente, son financiados normalmente con contribuciones obligatorios de la población cubierta y/o mediante el pago de impuestos. Otra diferencia es que los SSPS requieren pocas reservas por adelantado debido a que se encuentran respaldados por el poder impositivo del gobierno.

Entonces, ¿Cuáles son las amenazas a la Seguridad Social? Para empezar el envejecimiento rápido de la población, provocando presiones intensas sobre los sistemas de pensiones y la salud pública. A estas presiones demográficas se agregan las sociales, o sea, crecientes niveles de desigualdad en los ingresos y distribución de riqueza en muchos países. La mano de obra barata en otros países, la globalización, la automatización, la inteligencia artificial y la robótica, etc., están desplazando cada vez más trabajadores, especialmente los de baja escolaridad, incrementando su vulnerabilidad y agudizando la desigualdad y el descontento social.

Como si fuera poco, los contratos fijos están cediendo su lugar a contratos temporales, el trabajo de tiempo parcial, el auto empleo (Airbnb, Uber), el empleo informal y cambios frecuentes de trabajo, lo cual redunda en ahorros y contribuciones muy variables y probablemente insuficientes a largo plazo. Las migraciones masivas en busca de mejores oportunidades, los refugiados de zonas de conflicto o los afectados por desastres naturales, algo que es probable que se intensifica en las próximas décadas, multiplican la presión sobre los SSPS de los países receptores y ponen en peligro la estabilidad de los mismos.

¿Qué hacer al respecto? Ojalá y tuviera la respuesta. Lo que sí sé es que es urgente comenzar a discutir el problema a nivel nacional. Es urgente construir un acuerdo social lo más amplio posible para garantizar una seguridad social universal. Esto solamente puede abordarse a nivel nacional y para garantizar su continuidad se debería reformar la Constitución para asegurar una verdadera seguridad social universal mínimo. También es importante fomentar políticas que agilizan la búsqueda de empleo, acoplan la demanda con la oferta de nuevos puestos de trabajo y que logran sacar a las personas de la informalidad.

¿Suena difícil cierto? Además, ¿Cómo lo financiamos? Buenas preguntas que, por lo pronto, no tienen fácil respuesta. Mi intención aquí fue nada más de ponerles a pensar sobre algunas de las otras consecuencias de las nuevas tecnologías y la cuarta revolución industrial. Ya que la innovación tecnológica y las maravillas que promete acaparan muchísima atención, es importante no olvidarnos del otro lado de la moneda. Sí lo podemos resolver, pero es necesario que la innovación social-económica y financiera avanza a la par con la innovación tecnológica.

El autor es profesor del Departamento Académico de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey.

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