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Mejoran logística en Querétaro con big data

Acciones específicas para mejorar la logística urbana, como la instalación de bahías de carga, no sólo favorecen la movilidad, sino que pueden reducir en más de la mitad los tiempos y costos de entrega.

Eso lo saben muy bien los expertos de Logistix–Lab, un laboratorio para el desarrollo de investigaciones en el tema logístico, incubado en el Instituto Mexicano del Transporte (IMT), que trabaja en proyectos con autoridades federales y municipales, junto con la iniciativa privada.

Un ejemplo, es el trabajo que realizó en el municipio de Querétaro, para mejorar el movimiento de carga comercial en la capital del estado.

Con el apoyo de herramientas de big data, se recopiló la información de las rutas que realizan distintas empresas, que posteriormente se utilizaron para el desarrollo de un modelo de operación para las flotillas, indicó Gastón Cedillo, director técnico del laboratorio Logistix–Lab.

Logística, explicó, es organizar y planear los flujos en una organización, en este caso de una entidad, en donde confluyen actores económicos, sociales e institucionales.

“Cuando hablamos de competitividad de una ciudad no siempre consideramos la logística urbana, y es un tema muy importante porque incluye todo lo que es el movimiento de mercancías en una ciudad”, destacó Cedillo.

Comentó que según un estudio de la firma McKinsey, para el año 2025 habrá 600 ciudades en el mundo que serán las generadoras de riqueza a nivel global, y dentro de esas hay dos mexicanas: León, Guanajuato, y Querétaro capital.

Es por ello, que después de distintos estudios, se decidió realizar el proyecto de movilidad de carga urbana en la ciudad de Querétaro.

“Un tema importante en este sentido es la entrega de último kilómetro o de última milla, que es cuando un producto, que puede venir de donde sea, finalmente llegará a una tienda; el costo de este movimiento en tiempo y dinero es más elevado de cuando llega a un almacén y pasa a una tienda, que cuando se mueve desde el lugar de origen”, afirmó.

Por ello, sostuvo, para mejorar esa movilidad, lo más importante, además de atender cuestiones de tecnología e innovación, es enfocarse en soluciones a partir de la colaboración con todos los actores involucrados, soluciones basadas en la llamada “conciencia colectiva”.

TRABAJO COLABORATIVO

El primer proyecto de Logistix–Lab aborda el problema de ordenar el uso de bahías de carga y descarga de mercancías en comercios de la zona del Centro Histórico de la ciudad de Querétaro.

Inició en 2016, cuando se llevaron a cabo reuniones entre autoridades del sector gobierno con representantes de la iniciativa privada que realizan entrega de mercancías en la zona de estudio.

Se tuvieron acercamientos con empresas como Jumex, Heineken, Bimbo, Bonafont y Femsa.

“Nos dimos cuenta que ellos también eran sensibles al tema y que necesitaban de soluciones para atender la situación, de tener espacios para realizar la carga y descarga para abastecer los negocios”, expuso Gastón Cedillo.

“También se buscó a las autoridades y con el municipio, con el Instituto Municipal de Planeación (Implan) y el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) se decidió hacer un laboratorio de movilidad urbana que se le llamó Logistix-Lab”.

Con esto, se pretende a su vez, elaborar un manual de mejores prácticas, que se puedan aplicar en otros municipios; así como organizar un comité técnico de logística urbana para crear un ecosistema de innovación y atender las demandas en el segmento.

“La idea es generar experimentos en tiempo real e involucrar a profesionistas en el tema de logística urbana”, dijo.

De esta forma, se desarrolló la primera prueba de carga y descarga en la primera mitad de 2018, en la zona de monumentos históricos de la Ciudad de Querétaro, a partir del abasto de los negocios familiares y tiendas de conveniencia alrededor de un kilómetro cuadrado.

RESULTADOS Y VENTAJAS

Durante el ejercicio, se ubicaron problemas con las acciones de carga y descarga de mercancías, que implican áreas de oportunidad en lo que se refiere a espacios de estacionamiento de las unidades, tiempos de entrega, señalética, entre otros.

Actualmente cada empresa tiene una cadena que va a cada negocio, pero hay un cruce de flujos que genera congestionamiento, ahí el área de oportunidad está en coordinar esos cruces.

Por ejemplo, si se ubican bahías de carga y descarga, la longitud de recorrido se puede reducir en un 50 por ciento; la duración de los trayectos, alrededor de 60 por ciento; y el tiempo de conducción, 40 por ciento, aproximadamente.

Lo anterior significa diferencias en costos de combustible, tiempos de operación y número de unidades para cumplir con las entregas.

El director del IMT, Roberto Aguerrebere, enfatizó las áreas de oportunidad que existen en este nivel micrologístico, en generar menores costos para las compañías distribuidoras y comercios, así como reducir el impacto ambiental.

“El reto está en la distribución en las ciudades, en las zonas industriales, en donde hay oportunidades de compartir recursos, vehículos, almacenes, de compartir el diseño de las cadenas de distribución y de acondicionamiento”, refirió.

Por ello, Logistix-Lab es un proyecto muy importante. Aguerrebere expuso que el laboratorio de logística urbana busca mejorar la distribución de la última milla de bienes de consumo generalizado en zonas de alta densidad de los pequeños comercios.

“Es una semilla para el cambio cultural de cómo vemos la dinámica de los flujos de carga en la ciudad”, manifestó, Gastón Cedillo.