Fuente: Cortesía
Qué triste y fuerte es saber que la construcción de vivienda económica va cada vez más a la baja y que más gente que necesite este tipo de casas las ven más lejos de sus manos.
Este problema ya se venía manifestando desde el 2015, cuando fue bajando paulatinamente la construcción de las mismas.
Les explico: en el 2015 se edificaron 29 mil 292 unidades; en el 2017, 17 mil 51; en el 2018, 19 mil 88, que fue un pequeño aumento y en lo que va del año van solamente 13 mil 171 casas.
Para el Registro Único de Vivienda Federal, en lo que va de este año, se han construido un 31 por ciento menos viviendas de este tipo, comparado con el año pasado, que tienen un valor aproximado a los 490 mil pesos.
Durante varios años, los desarrolladores locales realizaban muchos proyectos de este nivel, pero con el paso del tiempo lo fueron dejando para construir vivienda media y media residencial.
Los expertos señalan que los constantes cambios en las políticas nacionales de vivienda popular y la falta de información segura del porvenir de este tipo de proyectos, así como la disminución del poder de compra de la gente, hizo que los desarrolladores dejaran de construirlas.
Uno de los principales factores es la falta de subsidios por parte del gobierno federal para ayudar a la gente a que se haga de un patrimonio familiar.
Otro factor es el constante aumento de los costos de materias primas, lo que hace que las viviendas sean inalcanzables para el consumidor final.
Y el último factor, según los constructores, es que las tasas de interés están altas y así han prevalecido, lo que ha inhibido la demanda de todo tipo de vivienda.
Existe en México la experiencia, infraestructura y las estrategias por parte de las empresas desarrolladoras de vivienda económica, lo único que falta es que se definan las reglas del juego por parte de la federación para que se pongan a desarrollar.
Para darles un ejemplo, en el primer semestre del año se construyeron alrededor de 65 mil unidades económicas y esto representa un 27 por ciento menos que lo que se construyó el año pasado.
En general todo lo construido este año en todos los niveles de vivienda de cualquier precio bajó un 18 por ciento, comparado con el 2018.
Y lo peor del caso, es que los analistas y desarrolladores consultados vislumbran que esta baja en la industria habitacional no se detendría en el corto plazo.
Cómo les he dicho, la necesidad de casa siempre va a existir y ahora el problema será que no habrá muchas opciones de dónde escoger.
Nos vemos, ¡Hasta la próxima!
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.
