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México contra… ¿Curazao?

Eloy Room, Leandro Bacuna, Jarchinio Antonio, Gevaro Nepomuceno… Muchos de estos nombres no dicen nada, ni siquiera para los aficionados más asiduos al fútbol. Ellos son algunos de los hombres fuertes de Curazao, el próximo rival de México en la Copa Oro. Las eliminatorias y la máxima competición de la Concacaf, la confederación que congrega a los países de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, son un escaparate inigualable para selecciones nacionales que, de otra forma, prácticamente no tendrían roce internacional.

Los fanáticos mexicanos tienen grabados en la mente duelos y goleadas estrepitosas contra equipos tan exóticos como San Vicente y las Granadinas, Dominica o Guadalupe. El contrincante de este domingo es una pequeña isla del Caribe que mide 444 kilómetros cuadrados (más o menos del mismo tamaño que la ciudad del Puebla) y tiene alrededor de 100.000 habitantes (poco menos que las ciudades de Colima o Zacatecas).

Quien vea Curazao por primera vez, al menos en vídeos o fotografías, puede llevarse una sorpresa. Casitas de colores de arquitectura holandesa bordean la costa de la capital Willemstad y flamingos rosados invaden las playas de arena blanca del Ámsterdam del Caribe para el disfrute de los turistas. La herencia colonial se hace evidente en todos los rincones de la isla que, desde la primera mitad del siglo XVII y bajo diferentes regímenes administrativos, aún pertenece al Reino de los Países Bajos, aunque tiene un Gobierno y un Parlamento autónomos.

El neerlandés y el papiamento (una lengua criolla que combina el español, el portugués, el neerlandés, el arahuaca de los pobladores originales y algunas palabras de lenguas africanas) son los idiomas oficiales. Curazao perteneció casi todo el siglo XVI a la Corona española y la cercanía con Venezuela, separados por 50 kilómetros de costa a costa, hace que el español tenga todavía una presencia significativa en la zona como lengua franca.

Probablemente, mucha gente ha oído más “Curazao” en la carta de un bar o de un restaurante que en cualquier otro sitio. El licor de Curazao es elaborado con cortezas de Laraha, una variedad autóctona de naranja derivada de las que trajeron los españoles y que es más amarga, y ha ganado fama internacional en la coctelería por su característico color azul. Existen curazaos de varios colores y su sabor varía entre los muy secos y los muy dulces.

Hay dos teorías sobre el origen del nombre de la isla. Una hipótesis es que deriva de la palabra portuguesa para curación (curaçao), debido a que un grupo de exploradores lusos llegaron enfermos de escorbuto (una enfermedad por niveles bajo de vitamina C) y sanaron al consumir una gran cantidad de frutas. La segunda es más romántica y lo explica por una desviación del vocablo coração, la palabra portuguesa para corazón. Históricamente, Curazao ha sido el corazón del comercio entre lo que mucho tiempo se conoció como las Antillas Holandesas: San Martín, Aruba, Bonaire, Curazao y otras Antillas menores.

Como en el resto del Caribe, el béisbol tiene en algunas regiones más presencia que el fútbol y Curazao es un semillero de peloteros de primera línea como Andruw Jones, Jonathan Schoop y Kenley Jansen. La Holanda continental, un país con poca tradición beisbolera, se ha nutrido de jugadores curazoleños y de Aruba para tener representaciones dignas en las ediciones recientes del Clásico Mundial de Béisbol, la “Copa del Mundo” de este deporte.

Cuando se trata de fútbol, casi todos los jugadores curazoleños que quieran destacar tienen que cruzar el Atlántico y probar suerte en los Países Bajos. Nueve de los 23 convocados para la Copa Oro juegan en Holanda y sólo tres en la liga local. El resto ha ido más lejos para seguir con su carrera profesional: Portugal, Alemania, Dinamarca, República Checa, Eslovaquia e, incluso, Japón y las Filipinas. Curazao sorprendió a propios y extraños al coronarse en junio en la Copa del Caribe contra Jamaica, que fue finalista de la pasada Copa Oro y participó en el Mundial de Francia 1998.

Curazao dejó un buen sabor de boca contra Jamaica en la primera fecha de la fase de grupos de la Copa Oro, pero no pudo repetir la hazaña y los Reggae Boys se impusieron (2-0). El Salvador le repitió la dosis (2-0) en la última jornada, pese a que los isleños pudieron haberse acercado, pero erraron un penal antes de que acabara el primer tiempo. Este domingo probará suerte contra México, el campeón defensor del torneo, que ganó (3-1) a los salvadoreños, pero decepcionó al empatar sin goles en un encuentro soporífero contra los jamaiquinos. ¿Conseguirá Curazao sus primeros puntos o su primer gol contra el “gigante de la Concacaf”? Lo averiguaremos en los 90 minutos del partido que se disputará a las 19.30 (hora de México) en el Alamo Dome de San Antonio.