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MORENA los necesita

Fuente: Cortesía

En días pasados, la presidenta del partido en el poder, Yeidckol Polevnsky se aventó una declaración que refleja claramente el pensamiento de ese partido: “El problema que habría que entender es que, cuando sacas a gente de la pobreza y llega a clase media, se les olvida de dónde vienen, entonces cuando llegan a ser clase media se les olvida de dónde vienen y quién los sacó”. Por más que parezca inverosímil, así fue, pero al final del día no es de extrañar.

Cae por su propio peso el argumento por el cual es moralmente inaceptable el que se pretenda perpetuar la pobreza para usar a los mismos pobres como carne de cañón, tanto en la lucha por asirse del poder como -una vez que lo lograron- no soltarlo.

Tal parece que los gobiernos participes del Foro de São Paulo, al que México de facto ya forma parte, y que se las dan de muy sácale punta pro-sociales, así piensan. En un viaje a Nicaragua, se veía en uno de los edificios más altos, al presidente con el brazo izquierdo en alto, diciendo “vivan los pobres”.

No. Se trata de erradicar la pobreza. Decir que “vivan los pobres” o hacer las cosas para que le estén agradecidos, es perpetuarlos en esa condición. La erradicación de la pobreza pasa por la creación de fuentes de trabajo que cumplan con dos características. Primero, que sean fuentes de trabajo productivas, y segundo, que sean remuneradas adecuadamente. La primera condicionante, de hecho una condición sine-qua-non es por su por propio beneficio, ya que una fuente de trabajo no solo es por un día o por una temporada-; un empleo tendría que ser sostenible económicamente en el largo plazo, si no es así, pues simplemente se cierra. Que sea remunerada adecuadamente, ni que decir. Recordemos a Henry Ford cuando cimentó su marca pagando cinco dólares al día. Algo nunca visto para su época, pero más de cien años después, la compañía sigue viva.

La declaración de esa persona, se suma a la ola de pifias que en tan solo 13 días se han aventado los nuevos gobernantes. Esas pifias nos cuestan a todos, pero más a los pobres. La sinrazón degmática está imperando en este inicio de sexenio y está saliendo más caro el caldo que las albóndigas. Por ejemplo, es realmente increíble que se pretenda subir el TUA, -una traba más al turismo– para pagar los bonos y al final no tener nada. Es absurdo cuando, sin necesidad de subir el TUA un 26.9 por ciento se habría pagado un aeropuerto de primer mundo, que se convertiría en hub generando miles de empleos. ¿No que primero los pobres? Ahora ya no habrá marcha atrás y solo por una necedad.

PS. Durante todo el sexenio recién concluido, renegamos de lo mal que estaba la economía mexicana y de cómo se caía a pedazos el país. Veamos ahora con los criterios de política económica para el 2019. En días pasados, en relación al tema de esta columna, Rubén Cortés, en su columna Canela Fina hizo un recuento en su artículo “La presidenta tiene razón: se olvidan” da cuenta de mucha mediciones que demuestran lo contrario. Pero los tiempos de ahora son irracionales.

El autor es Doctor en Finanzas por la Universidad de Tulane; cuenta con la Maestría en Alta Dirección de Empresas, en el IPADE. Se desempeñó como Director General de entidades del área Internacional en Santander Serfin. Es Director del programa OneMBA.

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