Los movimientos populistas, algunos disfrazados de izquierda, son antipluralistas y antidemocráticos, advirtió Michelangelo Bovero.
El discípulo y sucesor de Norberto Bobbio en la cátedra de Filosofía Política de la Universidad de Turín, Italia, aseveró que el concepto del populismo debe ser manejado con cuidado.
«Existen movimientos denominados como populistas que en tanto que antipluralistas son antidemocráticos; tanto antidemocráticos, algunos se disfrazan de izquierda, pero son de derecha», manifestó.
Al impartir la conferencia magistral denominada ‘Pleonocracia: crítica a la democracia mayoritaria’, explicó que existe una percepción general sobre la baja calidad de la clase política, que además es la que no respeta con las normas establecidas.
En el auditorio del Instituto Nacional Electoral (INE) y ante los consejeros electorales encabezados por Lorenzo Córdova, Bovero señaló que esto provoca la desconfianza de los ciudadanos.
«Produce desconfianza no solamente en los sujetos (de la clase política), los malos jugadores, que son tantos, varios, son transversales, sino incluso desconfianza hacia las propias instituciones», expresó.
En su ponencia, apuntó que esa desconfianza puede desembocar en dos vías, la del abstencionismo o la del voto de protesta, respecto al cual, dijo, se corre el riesgo de que se afirme y gane «brutalmente».
«La desconfianza puede desembocar en dos canales, la desafección hacia la política, la abstención o incluso el desprecio y esta es una reacción activo-pasiva. El otro canal es el voto de protesta, los llamados populismos, palabra que hay que manejar con cuidado», comentó.
El doctor en Filosofía refirió que es fundamental «activarnos todos de alguna forma para consentir, permitir el ensanchamiento de la gama de oportunidades de selección política» entre la derecha y la izquierda,
Bovero detalló que la característica principal de la pleonocracia, denominado como el gobierno de la mayoría o de la falsa mayoría, es su antipluralismo.
Indicó que en el caso del presidencialismo sólo es democrático en caso de que haya gobierno dividido, lo que implica que el presidente no controle el parlamento, pero aseveró que la hostilidad hacia el parlamento y la representación proporcional es una hostilidad contra la democracia.
