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Pablo de la Peña: Entrando al último cuarto

Pablo de la Peña Sánchez.Fuente: cortesía

Para los que somos aficionados del futbol americano llegar a este mes de octubre es como entrar al último cuarto del juego perdiendo por 12 puntos; si quieres ganar el partido no te basta con una anotación más su punto extra y un gol de campo, tienes que ir por dos anotaciones completas y tener la capacidad de detener al equipo contrario y controlar el balón. Así siento que estamos entrando al mes de octubre en la economía mexicana.

En la última semana se reportó que la inversión física había caído un 15 por ciento respecto al año anterior, claramente el sector público no ha sido el motor del crecimiento en este año.

De acuerdo con los resultados de la encuesta que publica Banxico sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, se espera que el crecimiento del PIB para el 2019 sea a penas del 0.43 por ciento recordemos que a inicios de este año se tenía una expectativa de crecimiento del 1.8 por ciento.

No hay duda de que se ha perdido la confianza en el manejo de la economía del país. Por otro lado, alguien podría pensar que es positivo que la expectativa de inflación también haya bajado, ahora es del tres por ciento mientras que a inicios del año era del 3.8 por ciento.

Siempre es preferible tener una menor tasa de inflación a lo largo de un año, pero hay que recordar que la variación en el índice de los precios es también reflejo del dinamismo de la economía. Por lo que una menor tasa de inflación también indica que la economía ha perdido dinamismo.

De acuerdo con el modelo Keynesiano, la economía puede crecer principalmente por cuatro factores; primero, porque el mercado incrementa de manera importante su consumo, mismo que motiva al sector privado a invertir en capacidad productiva, que sería el segundo factor.

El sector privado también puede incrementar su capacidad productiva para satisfacer la demanda internacional, es decir las exportaciones, lo cual sería el tercer factor y cuarto, la economía puede crecer por el incremento en la inversión pública. Ya hemos visto que el sector público realmente no ha sido el jugador más valioso en este año.

El consumo doméstico ha sido muy cauteloso, prueba de ello es la baja inflación, y el único sector que había estado manteniendo el dinamismo de la economía es la inversión privada, y en la actualidad está claramente dando muestras de una reducción en su ritmo.

La formación bruta de capital fijo cayó en el segundo trimestre de este año un 5.2 por ciento respecto al año anterior, pero la variación en las existencias ha caído consistentemente un 5.2 por ciento en términos anuales y un 28.6 por ciento respecto al primer trimestre de este mismo año; esto claramente muestra una desaceleración en el sector industrial de país.

Por lo que no sería sorpresa que en el tercer trimestre que acaba de terminar, veamos nuevamente una reducción en el dinamismo del sector productivo. Digamos que la variación en las existencias refleja el uso de los inventarios con que cuentan las empresas, una reducción de estas puede ser resultado de un incremento importante en el consumo, cosa que no ha sido en este año, y se le sumamos que la inversión privada real esta cayendo, claramente nos indica que esta reducción en las existencias muestra una desaceleración en la producción real y en la inversión privada, y sumado – como lo dije previamente – a la reducción en la inversión pública, no veo cómo podamos salvar este último cuarto del 2019.

Al final, un “hail mary” podría salvar el año, pero claramente la economía mexicana no reacciona de la misma manera que el marcador de un juego de futbol.

Cualquier incremento en la inversión pública que veamos en este último trimestre del año, no tendrá resultados positivos sino hasta entrando el 2020.

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El Dr. Pablo de la Peña Sánchez
es Decano Asociado de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, del Tec de Monterrey.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.