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Parole, parole

Fuente: Cortesía

Abriendo el cajón de la música olvidada, ese es el título de una canción de principios de los setenta (tal parece que había música antes de los ochentas). Como se puede intuir, el título sería: palabras, palabras.

En la campaña de López Obrador se prometieron muchas cosas: acabar con la corrupción, poner fin a la corrupción, ¡ah! Y también que ya no habría corrupción. Pero hubo más: cancelar la construcción del aeropuerto del ExDF; mover a México, bueno solo a las secretarías de estado a diversas ciudades del país; reducir el sueldo del Presidente y que ningún servidor público ganará más; archivar al Estado Mayor Presidencial; acabar con la violencia por acto de fe entre otras cosas.

¿Austeridad?¿Qué tal que se predica con el ejemplo? Busque #LadyNoroña en Twitter para ver cómo se disfruta de los lujos, pero se dice que se está del lado de los pobres. No cabe duda, en las derivaciones del comunismo, hay igualdad, pero hay otros más iguales que los demás.

Resulta que, de acuerdo al MITRE del MIT, una de las mejores universidades tecnológicas del mundo, es inviable tener dos aeropuertos; es decir que, si llegara a haber accidentes aéreos con muertos, ya sabríamos que fueron por causa de una posición política. En dado caso, por más que quisiera endosar el problema a la decisión de “El Pueblo” llegará a tener sangre en sus manos.

Mover a las secretarías de estado, bueno, ya empiezan las quejas de los sindicatos. A ver qué pasa.

En cuanto a reducir el sueldo del Presidente y terminar con las pensiones de los expresidentes, sí, pero…. resulta que hay autonomía del poder legislativo y no se van a reducir sus sueldos; ni las pensiones de los exmagistrados ¿o sí? Digo, solo por actuar con congruencia.

El Estado Mayor Presidencial cumple con la función de proteger al Presidente de México, sea quien sea porque son institucionales. También se encargan de la seguridad y logística cuando nos visitan otros Presidentes. Ya no. Mire que ya hubo una persona, probablemente con problemas mentales, que quiso atacar al Presidente Electo. Ahora resulta que no habrá el Estado Mayor pero sí “veinte ciudadanos” que lo cuidaran y seguridad privada para las oficinas, ya no del candidato sino del Presidente Electo.

La violencia toca la que quizá sea la fibra más sensible que sufre la sociedad. Le echaron la culpa a Calderón porque “agitó el avispero”; luego vino Peña Nieto y probablemente acabe su sexenio con más muertes violentas que el anterior sexenio. Ahora resulta que, después de ganar las elecciones y siendo más realistas, se espera que se reduzcan a la mitad las muertes violentas en tres años.

No sé a Ud. pero me da la sensación de cuando compra uno un bien o servicio que promete mucho pero luego se da cuenta de que no era tal como se prometió. Que fácil resulta prometer en campaña pero que difícil es cumplir cuando se está al frente. Pero si se hacen promesas en campaña, es porque los políticos dicen lo que la gente quiere escuchar y con eso se conforma: palabras, palabras.

El autor es Doctor en Finanzas por la Universidad de Tulane; cuenta con la Maestría en Alta Dirección de Empresas, en el IPADE. Se desempeñó como Director General de entidades del área Internacional en Santander Serfin. Es Director del programa OneMBA.

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