El fuego cruzado de aranceles entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales está provocando una reacción en cadena en el mercado cambiario internacional, el cual está llevando a un debilitamiento de sus monedas frente al dólar.
El índice que mide el comportamiento del billete verde con respecto a una canasta de diez divisas se encuentra en 1,188.5 puntos, en un máximo no visto desde el 6 de julio del 2017, con base en información de Bloomberg.
Para Diego Colman, analista de mercados en Daily Fx del grupo financiero IG en Estados Unidos, “con las nuevas amenazas proteccionistas de Donald Trump, la batalla arancelaria en curso podría convertirse en una guerra de divisas”.
El billete verde acumula un incremento de 6.27 por ciento desde el 17 de abril a la fecha, lo cual constituye su mayor ciclo de alza desde el observado a finales del 2016.
Un dólar fuerte es no es congruente con la estrategia de Trump tendiente a balancear mejor su comercio exterior, ya que “una parte del efecto de la aplicación de aranceles a algunas importaciones de Estados Unidos es suavizado por un nivel del dólar más elevado”, declaró Jorge Gordillo Arias, Director de análisis económico en CIBanco.
Un dólar más alto tiende a hacer más baratas las compras que realizan Estados Unidos de bienes y servicio en el exterior, mientras que sus exportaciones las encarece frente a sus principales socios comerciales.
Un dólar fuerte puede transformase, bajo las actuales circunstancias en el ‘Talón de Aquiles’ de la economía norteamericana, al entorpecer los esfuerzos de Trump por mejorar la posición comercial de Estados Unidos.
“Los tipos de cambio de libre flotación son una válvula de escape a la política comercial proteccionista instrumentada por la administración de Donald Trump. Las paridades cambiarias seguirán siendo una de las principales variables de ajuste hasta que las naciones involucradas en la escalada en la aplicación de aranceles se siente a negociar”, dijo Gordillo Arias.
El reconocimiento del papel negativo que puede tener un creciente fortalecimiento del dólar en el sector exportador norteamericano fue, incluso, reconocido de una forma inusual por Donald Trump en los primeros meses de su administración.
Los temores a una mayor inflación, un buen desempeño de la economía de Estados Unidos y la mayor velocidad en el retiro de los estímulos monetarios por parte de la Fed con relación a otros bancos centrales, han desempeñado un papel importante en el avance del dólar en los últimos meses.
Reacomodo cambiario
Dentro de las monedas más las vulnerables a la fortaleza del dólar se encuentran las pertenecientes a algunas de las naciones que integran el TLCAN, así como la moneda China.
El peso ha sido el más golpeado a pesar de que México no es el país con el que Estados Unidos presenta su mayor desequilibrio comercial.
Del 17 del pasado abril al cierre del martes, la moneda mexicana acumula una depreciación del 14.03 por ciento.
En tanto que el dólar canadiense, la otra divisa de naciones que integran el TLCAN, presenta una pérdida de 5.66 por ciento en los últimos dos meses.
El yuan, la moneda china, cayó el martes 0.7 por ciento a 6.481 unidade, a su menor nivel desde el 12 de enero.
Según Colman, pese a todo lo que se diga, “China cuenta con menos herramientas para tomar represalias arancelarias, por lo que podría optar por intervenir deliberadamente en el mercado de divisas para debilitar su moneda y así proteger a la industria nacional contra los efectos negativos de la guerra comercial.”
En el frente europeo, la situación cambiaria también es delicada. El euro retrocedió el martes 0.54 por ciento, y se encuentra cerca de su menor nivel del año.
Debilidad de las monedas frente al dólar es ‘kriptonita pura’ para contrarrestar, en parte, a las medidas comerciales proteccionistas instrumentadas por Estados Unidos.
